Diario de León

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CALAMBRE dan las siglas. Se inventaron para reducir lenguaje o economizar rotulaciones y han acabado sincopando hasta su significado y sentido original, si no capándolo. Verbi gratia: ¿Están unidas las naciones de la Onu?, ¿es popular el Pp u obrero el Psoe sólo por que lo incrustó alguien en siglas; se sería más propio decir medio popular o medio obrero ?, ¿cuántos saben lo que quiere decir Unesco? o ¿por qué Comisiones Obreras se pone con doble sigla como si las viéramos borrachos o astigmáticos?... y aún más peliagudo, ¿quién asegura que Upl no significa en realidad «un panorama loco», «unidos por la lana», «uficina de pesebristas lambriones», «una plaza libre» o «uncido pueblo lerele»?... Lo bueno de refugiarse en las siglas es que sirve para poder escaquearse del concepto y no quedar atrapado en la lealtad que exige su fuente. Las siglas son como las píldoras que se tragan sin que nos preguntemos por la cantidad de fenolaldehídos y miasmas sintéticas que van allí dentro escondidas. Además, las siglas sólo las entienden los que están en el ajo o las padecen en carnes o recibos; sin embargo, a quien no esté en el huerto de lo críptico le pueden sonar a las cosas más raras (le dijo una vez Luis del Olmo a su guardaespaldas «mañana tenemos que ir a una fiesta de la Fele en León» y el buen extremeño se las prometió de juerga corrida, porque la Fele sólo le podía sonar a una madame de meublé y se encontró con un ceremonio de empresarios de lo más tieso). Particularmente, en contra de todo manual de estilo, me niego a escribir toda sigla en mayúsculas, en caja alta que decía el tipógrafo antes de morir la tipografía, porque eso es precisamente lo que quieren sus dueños firmantes, los dueños de la razón institucional o comercial, verse en grande, abultar el tipo dentro del texto o del titular, pues nunca será lo mismo escribir Eta que rotular ETA para que se quede con la copla y con el reojo distante como si fuera una pintada, dominando sobre todo lo demás, sobre lo minúsculo que somos el resto de nombres y palabras (aleja este texto un poco y ahí seguirá dominando ese estampado mayúsculo). La publicidad se paga; y por la cara, sólo a quien la merezca. Ahora la moda es I+D+i y su gran enigma: dos mayúsculas y ¡¿una minúscula?!... Ostí, que venga el psiquiatra.

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