Diario de León

EL AULLIDO

Volver a Omaña y a tí

Publicado por
LUIS ARTIGUE
León

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LA VIDA, ENTRE OTRAS COSAS, es una forma de viajar. En este sentido regresar a ese ámbito verde de valles profundos y montes boscosos con la curiosidad de quien se busca a sí mismo y por eso te encuentra, y observar la melena azul del cielo, y renovarse, y reparar en la luz de este verano incierto de increíble belleza es un ejercicio tan moral como estético aquí, en la tierra escarpada que recuerda a la Galia de Asterix y Obelix, en esta comarca suspendida en el vértice de la mano de Dios como si se tratara de un posmoderno jardín del bien y del mal¿ Hay lugares tan naturales que soñarlos apenas difiere de visitarlos... Hoy vuelvo a ti con la humildad de quien quiere aprender a estar. Sí, volver a ese verso costumbrista y señorial llamado Murias y apellidado de Paredes es una forma hermosa de respirar, recalar, de armonizar¿ Y por eso, como se vuelve a los clásicos o a los primeros amores, uno regresa sobre sus propios pasos para cenar y hacer amigos en una taberna entrañable llamada «El Holandés Errante». Sí, hoy y mañana está de fiesta esta comarca inventada y como fuera del tiempo. Lo está este rincón aparte en el que se vive como se viviría dentro de una canción de Wendal. Por eso se encienden en esta noche de ronda los candiles, los momentos, los sonetos y hasta tus pechos dormidos que siempre se abren de pronto como ramos de jacintos. Te miro ahora pues desde aquí, desde esta acera desconchada en la que estoy escribiendo sentado, y tu porte vuelve a tener en mis ojos el brillo de lo nuevo: el tiempo debe de haberse enamorado de ti, gitana guapa, y por eso pareces un retrato inmortal de ti misma junto al castro derruido de Murias de Paredes. Mira, hay poesía mágica en Omaña... La hay en el intimismo colectivo que llena las calles y en este olor que tiene aquí todo a tabaco negro y a asignatura antigua, a madera recién cortada, pan caliente, a vapor de café de puchero y cirio encendido al fondo de cada corazón¿ Por eso regresamos ahora a este valle encantado salpicado de ermitas, palacios y casas de turismo rural para celebrar en silencio que la pureza aún nos sintoniza el cuerpo con el alma. Oh, Omaña de tambores y flautas, resaca de todo lo creado, hermoso realismo paisajista leído en las piedras y las cosas, cuerpo presente, ojos como manos, sí, piropo renovado y renovable como un fulgor del cielo atardecido preguntando a cada paso si en realidad un recuerdo es algo que tenemos o algo que hemos perdido. Sí, Omaña interior, canción de Berrogüeto o de Son del Cordel, oración de mi madre, título de nobleza, testamento de un ángel: vuelvo a ti y la poesía que celebras y encarnas se torna decisiva mientras camino por tus calles con casas empedradas de la mano de ella y desgastamos así, amorosamente, nuestras huellas dactilares. Tiene la Omaña celta algo de golpe de efecto emocional y otro tanto de lágrima por la despoblación rural que desangra nuestra identidad pero, sobre todo, Omaña tiene mucho de abrazo en el que cabe el mundo mientras, alrededor, tiembla la tierra entera. Tiene el valor de los símbolos y el de las referencias como el lujo de la amistad que nos une a Maricarmen Mallo -la Señora Alcaldesa- y su familia, o como la poesía de Doña Carmen Álvarez que acaba de enviudar y por eso escogemos este afilado momento para decirla que su forma de ser nos conmueve y nos inspira. Es Omaña, luz de cruce, salve celta a capela, lugar que instruye el corazón colocado ya en nuestro recuerdo como una cruz en un mapa. Omaña y el viento enredando los sueños. Omaña del alma palpitante de Elena. Poema. Comarca hecha de momentos sencillos y honestos en los que las parejas pasean de la mano y pasan juntos por todo. Omaña cielo adentro¿ Hoy vuelvo a ti que sabes abrazar y sanar.

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