Diario de León

Gente de aquí | Cómo decir no

Guiñoles, que no marionetas

El Plan Municipal sobre Drogas de León expone en un teatrillo estrategias educativas para que los niños del primer ciclo de Primaria aprendan a decidir sin dejarse llevar por el grupo

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A. Caballero - león
León

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El guiñol del Plan Municipal sobre Drogas del Ayuntamiento de León es una metáfora. Manos que se meten en personajes para enseñar a los niños que no deben ser marionetas, que no han de dejarse manejar, que tienen que forjar una personalidad con la que encarar las tentaciones del grupo. Cómo decir no. Cómo enfrentarse a las decisiones rodeados por la presión del colectivo. La actividad se centra en escolares del primer ciclo de Educación Primaria. Pequeños envueltos en risas y juegos, como los niños y niñas de Carmelitas y Discípulas de Jesús que ayer se sentaron en las butacas del salón de actos del ayuntamiento. Se abre la cortinilla. Aparecen Tita, Berta, Burlón, Antón Pirulero, la bruja de Andújar y el doctor Andreu; recién llegados de Mirandolandia. Un esquema simple para un público con querencia a los matices de las historias. La estrategia de enseñanza plantea un pequeño encuentro: una fiesta de cumpleaños en la que Burlón proponer ir a quitarle el sombrero picudo a la bruja gruñona. Sólo uno de sus amigos acepta el reto, aunque no quiere, por miedo a que se enfade con él y piense que se acobarda. El desenlace acaba con los dos pillos escarmentados. Comienza la interacción. «¿Qué ha pasado? ¿Por qué?», estimula la responsable del Plan Municipal sobre Drogas que hace de portavoz con nariz de payaso. Las respuestas salen solas. Dentro del grupo todos encuentran su individualidad. Un juego para niños que luego serán adolescentes, después adultos... Visita del Grupo Begar León El teatrillo -que en la segunda historia de los guiñoles trató el tema del abuso de sustancias y la automedicación- se adornó además con la presencia previa de dos jugadores del equipo de baloncesto Grupo Begar León: el neozelandés Craig Bradshaw y el norteamericano Anthony Stacey, además de su entrenador: Javier de Grado. «A veces, que lo digan los padres o los profesores parece que no acaba de llegar, pero si lo hacen deportistas es diferente», explicó Joaquín Rodríguez, presidente de la entidad, cuya fundación promueve una campaña denominada «9 canastas para la vida», en la que se inserta la lucha contra las drogas y su prevención. «Me hace falta un rubio para el equipo», bromeaba el técnico del conjunto leonés ante uno de los pequeños -poco más de un metro de proyecto de jugador- que guardaban cola para conseguir los autógrafos. Un niño que mañana tiene un arma más para no ser marioneta.

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