REY CON 'ANTECEDENTES'
Felipe confiesa en la DGT que fue multado hace años
e supone que la sorpresa ha sido mayúscula. Que los 10.000 agentes de tráfico desplegados hoy por las carreteras y autopistas, incluidos los que patrullaban desde el aire a bordo de helicópteros, han debido de quedarse mudos por el pasmo que les ha supuesto escuchar en sus auriculares y en sus altavoces la voz del rey Felipe. No era un imitador, no. Era el mismísimo monarca. «Buenas tardes. Les habla el Rey». Así ha comenzado su breve parlamento a través de la radio con que la Dirección General de Tráfico se conecta con sus agentes.
Felipe ha agradecido a las patrullas de Tráfico de la Guardia Civil y helicópteros su «buen hacer» en beneficio de «numerosas familias españolas [...] especialmente sabiendo que en numerosas ocasiones ponéis vuestras propias vidas en juego». Y ha concluido: «Que tengáis un buen servicio y que volváis a la base sin novedad».
Sí, ha sido una sorpresa mayúscula el discurso, pero no lo han escuchado todo, porque cuando ya acababa la visita a las instalaciones de la DGT en Madrid, el monarca ha confesado que fue multado cuando era príncipe. Ha respondido así a una pregunta que le han hecho. Pero no ha contado nada más, y nadie ha osado seguir el hilo de la noticia que acababa de lanzar. Quedará la duda de cuándo, dónde y cómo ocurrió.
Antes de la confesión (¿exceso de velocidad?, ¿maniobra antirreglamentaria?), Felipe se ha reunido con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, la directora de la DGT, María Seguí, y el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Y ha completado la jornada (su padre, Juan Carlos, había hecho la misma visita en la operación retorno de verano del 2012), activando un panel informativo en el kilómetro 18,8 de la M-501 (Madrid) con el mensaje: «Operación tráfico Semana Santa. Buen viaje de retorno».