Igualdad con mucho arte
Sara Tapia trajo a la ULE su proyecto de sensibilización contra el maltrato.
LEÓN
Descosiendo violencias, creando dignidades es el título del proyecto que Sara Tapia presentó en la Universidad de León para visibilizar la violencia y ensalzar el trato digno hacia las mujeres desde creaciones artísticas. Dentro de las jornadas organizadas por la Defensoría de la Comunidad Universitaria, Sara Tapia, premio Diálogo de la Fundación Jesús Pereda 2019, comenta que «la violencia es un problema de hombres y mujeres aunque la sufrimos fundamentalmente las mujeres», sostiene. Sin embargo, recalca, «es necesario que los hombres participen para erradicar la violencia». La experiencia ha demostrado que «las mujeres solas podemos avanzar, de hecho hemos avanzado muchísimo, pero si los hombres no cooperan difícilmente se van a generar otras enseñanzas». añade.
El uso de la creación artística como vehículo para sensibilizar contra la violencia de género fue una idea que puso en marcha a partir del trabajo que desarrolla en este campo desde los años 80. Como profesora de Educación Social vio que abordar la violencia de género «generaba resistencias en el aula» y buscó un lenguaje cercano y hasta provocador para confrontar los diferentes tipos de violencias.
«El arte es una herramienta pedagógica y a través de los trabajos plásticos es más fácil llegar a la gente y llegar más directamente, sin generar las resistencias que genera lo académico», explica. En este proceso ha realizado numerosas obras e intervenciones como el poema visual en el que el símbolo de la mujer se dibuja con la frase «Sí al mundo de libertades preñado, privado de violencias» y con la palabra armonía cerrando la cruz.
La imagen resulta más impactante cuando se descubre en la performance Violencia invisible. Una camisa de fuerza que representa el asedio a las mujeres a través de todo tipo de violencias, desde los micromachismos cotidianos a la violencia sexual. Esta obra se presenta con una serie de fotografías en las que la mujer se va deshaciendo de las ataduras para proclamar su independencia y dignidad.
Este proyecto está basado en el artículo 1 de la Declaración sobre la Violencia contra la Mujer que proclama que «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada».
Sobre una tela blanca bordó una manifestación con mujeres hechas a cadeneta y pancartas de papel con frases empoderadoras: «Por un trato digno para las mujeres», «Por un mundo libre de violencias».
Sara Tapia señala que hay un abismo en la situación «desde que empecé ahora», pero cree que aún hay muchos «actos, amenazas, omisiones, simbolismos que nos causan daño y que son violencia contra las mujeres que no se identifican en la vida cotidiana». Los modelos de belleza con los que hay que cumplir, el control, los chistes verdes, comentarios vejatorios, desautorizar cuando se da una opinión son algunos ejemplos. «Se empiezan a identificar cuando empezamos a conocer nuestros deseos», explica. Ve necesario que «las mujeres tomen contacto consigo mismas para luego decidir. Y es que si la violencia se logra identificar se tardará más o menos en salir de ella, pero si no lo hacen no saldrán nunca», concluye.