Diario de León

La salud mental a pie de calle

El nuevo Equipo Comunitario de Atención Integral en salud mental en León estrena las visitas domiciliarias a pacientes graves    

Irina Ardura, Roberto Martínez, Sergio González, Pili Calvo, Carolina Sarmiento y Carmen González, del Equipo Comunitario de Atención Integral del Caule. fernando otero

Irina Ardura, Roberto Martínez, Sergio González, Pili Calvo, Carolina Sarmiento y Carmen González, del Equipo Comunitario de Atención Integral del Caule. fernando otero

León

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La reforma psiquiátrica que se inició en León en los años 90 da un paso más. Desde entonces, la hospitalización de pacientes en hospitales de larga estancia, como es el caso de Santa Isabel, se ha reducido y se ha transformado en gran medida en unidades especializadas: rehabilitación, convalencia, patología dual, pisos de transición... siempre con un horizonte de alta. La creación del Equipo Comunitario de Atención Integral a pacientes con enfermedad mental grave en su domicilio, en residencias o incluso en al calle —hay muchas personas sin techo con problemas de salud mental— rasga un poco más las paredes del hospital para «dar la atención a las personas en su lugar, en la comunidad». 

El Ecai es un proyecto pionero en la provincia de León que se puso en marcha en el mes de junio y llega hasta ahora  a unos 17 pacientes. Está integrado por dos psiquiatras a tiempo parcial que compatibilizan esta nueva prestación con su labor hospitalaria; dos profesionales de enfermería especializadas en salud mental; y dos Tcae (Técnicas de Cuidados Auxiliares de Enfermería).

Es un proyecto que se inicia a coste cero y que se apoya también en los equipos de salud mental a través de la implicación de trabajadores sociales. El ámbito de actuación del Ecai se sale de la consulta habitual. «No tenemos un lugar específico, puede ser la casa, un parque, una cafetería...». explica el doctor Roberto Martínez de Benito.

El equipo está destinado a pacientes mayores de 18 años sin un perfil específico, aunque no incluye casos de demencia o discapacidad intelectual grave. Pueden ser pacientes que salgan de la unidad de convalencia o rehabilitación o incluso del hospital de agudos cuando se trata de «altas frágiles». Se trata de acompañarles en su reincorporación a la vida normalizada para evitar que ingresen por recaídas que se pueden evitar con más apoyo.

Hay pacientes que, una vez que salen de estos dispositivos, no acuden a las revisiones o nunca han acudido y acaban reingresando muchas veces. 

El Ecai presta una atención voluntaria aunque parte de su trabajo para pacientes reacios a recibir asistencia es «insistir, repetir y sostener con diferentes estrategias». «El acceso a algunos pacientes es muy difícil y a veces imposible. Algunos no han pasado nunca ni por los servicios sanitarios ni por las asociaciones». explican.

Con la acción comunitaria «rellenamos ciertos que no se cubren en la red de salud mental». Se trata de un tipo de atención «flexible, tolerante, adaptada a las necesidades de cada pacientes y no al revés», precisan. Las personas que entran en el programa tienen acceso directo al Ecai a través de un teléfono de contacto abierto de lunes a viernes. El tiempo de atención no está pautado por la rutina de una consulta. «Puede ser de 20 minutos o de cuatro horas, según la necesidad de cada momento», precisan.

Con  la experiencia de estos primeros  meses están viendo que detrás de la desestabilización de personas con problemas de salud mental grave también hay un «problema social grave». Personas que carecen de soluciones habitacionales o de ingresos son más vulnerables a desencadenar una crisis clínica.

En este sentido, mencionan como buena práctica los pisos de transición que ya existen en otras áreas de salud como Valladolid. En esta provincia, al igual que en Zamora, las unidades de rehabilitación hospitalaria desaparecieron para dar atención domiciliaria. El referente ha sido Gijón, donde cuentan con camas de respiro para este tipo de pacientes que no tienen un sitio para dormir. En este campo, el contacto con las oenegés que trabajan con personas sin techo «está siendo muy enriquecedor». 

Los objetivos del Ecai de León a corto plazo son «sostener a las personas y sus allegados o familiares y hacer un trabajo para que los pacientes se integren o vuelvan a integrarse en el circuito normalizado de atención», aunque son conscientes de que «hay personas que quedarán con nosotros».

«Hay pacientes que lo único que necesitan a veces es una visita», explican. «No es tanto la visita sino el vínculo que se genera quefacilitará que cuando esa persona se pueda encontrar mal contacte con el equipo gracias a esa «relación terapéutica».

«Es un acompañamiento terapéutico, tratar con los pacientes y que los pacientes traten contigo», precisan. 

Con este nuevo enfoque asistencial buscan «crear un marco terapéutico para que esa persona pueda volver al dispositivo comunitario donde tiene que ser atendida. Nosotros tenemos que servir de puente a personas que están desconectadas o fuera del sistema», inciden.

La filosofía de trabajo es «volver al origen de los equipos de salud mental» que se han visto desbordados en los últimos años por la patología ‘menor’ mientras que los pacientes más graves reciben menos atención. «Estamos viendo que tras la reforma psiquiátrica de 1991, en los últimos diez se había desfasado y queríamos recuperar una atención más próxima», explica Martínez de Benito.

Esta nueva vuelta de tuerca en la salud mental tiene como centro «respetar el proyecto de vida de las personas y hacerles funcionales o lo más autónomas posible», indica Irina Ardura. 

Se hace desde un planteamiento que no prima lo farmacológico,  pues también aplica técnicas psicoterapéuticas, señalan Roberto Martínez y Sergio González, los dos psiquiatras involucrados en el proyecto del Ecai.

Los medios de que disponen son aún precarios. Necesitan dos ordenadores portátiles y un vehículo. En un equipo con dedicación exclusiva se estima que cada profesional referente puede tener unos 10-15 pacientes a su cargo, por lo que podrían alcanzar los 60-90. No son pacientes que se vean a diario, sino con los que se tiene un vínculo y pueden contactar con su profesional. Pero todavía es pronto para llegar a ese objetivo.  

Equipo comunitario de atención integral

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