Medicinas al pie de la letra

Uno de los problemas del tratamiento del asma es su cumplimentación teniendo en cuenta que la variabilidad propia de la enfermedad incluye periodos asintomáticos, lo que dificulta la adherencia al tratamiento cuando el paciente se encuentra mejor. «La mala cumplimentación es uno de nuestros peores enemigos. El hecho de que la administración del medicamento tenga que hacerse de forma inhalada también lo complica, pero para los niños hoy día existen sistemas de inhalación sencillos que permiten la administración de los fármacos con bastante facilidad. Por el hecho de ser niños no están en peor situación de seguir el tratamiento que los adultos, ya que los pediatras hemos comprobado que los padres siguen más estrictamente las recomendaciones médicas cuando es para sus hijos que cuando es para ellos», explica Cobos. Lo que se busca con el control de la enfermedad es que el paciente esté libre de síntomas, y que su estado de salud sea igual que el del niño que no tiene asma, es decir, que no tenga que tomar medicación de rescate, que no tosa por las noches, que su actividad física sea normal, que no presente exacerbaciones ni vistas a urgencias ni ingresos hospitalarios y que tenga una función pulmonar normal. Teniendo en cuenta estos parámetros de control, el estudio Aire demuestra que solo en el 5% de los niños asmáticos se logra el control total del asma. La causa generalmente se debe a que no se aplica el tratamiento adecuado de acuerdo con las guías para el manejo del asma, o a que la adherencia al tratamiento no es correcta. Para mejorar en este último aspecto Cobos reivindica que es imprescindible la educación sanitaria sobre la enfermedad a los padres o tutores