Diario de León

Una aventura de ciencia y cooperación

Estudiantes de Benin se sumergen en la FP innovadora del Colegio Don Bosco de León y quedan prendados de la Catedral, el transporte urbano y las zonas verdes

Estudiantes y profesores de Benin en una clase de Automatismos Programados en Don Bosco. FERNANDO OTERO

Estudiantes y profesores de Benin en una clase de Automatismos Programados en Don Bosco. FERNANDO OTERO

León

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De Benin a León hay 5.734 kilómetros y una distancia abismal entre cómo aprenden los estudiantes de la Escuela Vocacional de San Juan Bosco de Cotonú y los del Colegio Don Bosco de León. En las clases de FP de este centro hacen sus primeras prácticas en cuadros automatizados, toda una novedad para estos jóvenes que no tienen al alcance los medios que están descubriendo en su estancia en León.

Seis estudiantes, acompañados de dos profesores, realizan el periplo de ciencia y cooperación de la mano del programa Saam para la movilidad y el intercambio de experiencias educativas y vivencias entre países africanos y europeos. Al profesor Alphonse Setond le gustaría poder implementar estos métodos innovadores en su escuela, pero es complicado. Tienen 730 alumnos y en las clases prácticas tan solo algunos pueden experimentar mientras la mayoría tienen que observar cómo lo hacen. Formar a los profesores de allí y conseguir materiales para acercarse un poco a la metodología del centro leonés son algunos de los retos. «Es complicado, nosotros hemos tardado años en llegar a disponer de estos equipos», comenta el profesor leonés, Jesús Cembranos, en la clase de automatismos programados. Sin embargo, sus expectativas de vida están a la altura de cualquier joven leonés: «Me gustaría crear una empresa de aplicaciones informáticas», comenta una alumna.

Además de deslumbrados por la enseñanza, este grupo que llegó a León el 9 de abril y cumplirá su estancia el9 de mayo ha quedado prendado de las joyas arquitectónicas leonesas, sobre todo la Catedral, pero también de elementos de la vida de cotidiana, como el transporte urbano y la cantidad de parques y jardines donde también se puede practicar deporte. Algo parecido al paseo del río Bernesga están haciendo en su ciudad, la capital económica de Benin, en la orilla del lago con el que limita.

A lo que no se acostumbran es a la comida. Las sopas no están en la dieta de un país cálido y el pan es muy diferente. Pero están encantados con la «acogida en el centro» y la que les tributó el alcalde de León en San Marcelo: «Allí los políticos son semidioses y no hay esta cercanía».

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