Diario de León

La libertad sexual de las ‘Hijas del Nilo’

Egipto se descubre como una isla de igualdad en el mundo antiguo en una exposición que revisa el papel de la mujer en la era faraónica a través de 300 piezas

La exposición ‘Hijas del Nilo. Mujer y sociedad en el antiguo Egipto’, en el Palacio de las Alhajas en Madrid. JAVIER LIZÓN

La exposición ‘Hijas del Nilo. Mujer y sociedad en el antiguo Egipto’, en el Palacio de las Alhajas en Madrid. JAVIER LIZÓN

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En el antiguo Egipto las mujeres de la élite se acostaban y casaban con quienes querían. Podían reinar, ser sacerdotisas, heredar, viajar, desempeñar cualquier oficio y emprender negocios sin someterse a la voluntad o el capricho de los varones. «Egipto era una isla de igualdad en la antigüedad, algo que no se dio en Grecia ni en Roma», resume Nacho Ares, comisario junto a Esther Pons de la muestra Hijas del Nilo. Mujer y sociedad en el antiguo Egipto, organizada por el Grupo Eulen y en cartel hasta fin de año en el madrileño Palacio de las Alhajas.

Recorre 4.000 años para mostrarnos el activo y libérrimo papel -también sexual- de las egipcias de alta cuna a través de 300 piezas cedidas por 27 museos e instituciones públicas y privadas de 12 países. Explora la influencia de diosas y reinas y recorre todos los ámbitos del mundo femenino, desde la vida religiosa a la cotidiana, pasando por los atuendos o la cosmética. Hay esculturas, relieves, documentos, utensilios domésticos, monedas, instrumentos musicales, joyas y objetos religiosos y funerarios, como ataúdes, cartonajes, amuletos y vasos canopos.

Muchas de las piezas se muestran por primera vez. Entre las más llamativas está el Papiro de Turín, una suerte de ‘Kamasutra’ egipcio de hace 3.000 años. Un antecedente de la pornografía que muestra la osadía de las orgiásticas prácticas sexuales de los egipcios. «Mezcla sexo y comicidad, con falos y senos gigantes, y nos demuestra que nuestros instintos han variado poco en 30 siglos», ironiza Ares. «El concepto de sexualidad era libre y abierto. No se etiquetaba la homosexualidad, que se tenía por un comportamiento normal», precisa el periodista y egiptólogo. Pero no todas las egipcias gozaron de plena libertad sexual y social. «A lo largo de 4.000 años la estructura social, económica y religiosa evolucionó en un vasto territorio, por lo que habría diferencias según la zona y el estatus», acota Ares. «Había una mentalidad abierta en los estratos altos. El matrimonio entre hermanos se practicaba por razones dinásticas y de Estado y no se consideraba incesto, pero no se daba en los estratos bajos de la sociedad», señala.

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