Diario de León

María Zayas, transgresora en el Siglo de Oro

l Después de Cervantes, fue la escritora más leída de la época

‘La traición en la amistad’, única obra teatral de María de Zayas en el Festival Olmedo.

‘La traición en la amistad’, única obra teatral de María de Zayas en el Festival Olmedo.

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amalia gonzález manjavacas

Muy poco sabemos con certeza de María de Zayas y Sotomayor (1590-1661) salvo que nació en el seno de una familia madrileña de buena posición social y que era hija de un capitán de infantería al servicio del conde de Lemos, por lo que la familia vivió en varios sitios, entre ellos Nápoles (Italia) o Zaragoza (España), donde publicó en 1637 la primera colección de sus Diez novelas ejemplares y amorosas, a la que siguió la segunda serie compuesta por Novelas y saraos (1647) y Segunda parte de sarao y entretenimientos honestos (1649).

Sus novelas se inscriben dentro del auge que cobra en España la novela corta a raíz y semejanza de la aparición de las Novelas Ejemplares (1613) de Miguel de Cervantes, cuya obra conoce bien. Pero en María de Zayas la cuestión femenina es el centro de la obra y su atrevimiento llega a truncar las convenciones de la novela corta de la época que suele acabar con la boda feliz.

El lenguaje sencillo y llano, y los diálogos populares de gran viveza, hasta apasionados, propio de las comedias cortas, a las que introdujo abundantes reivindicaciones feministas, muy transgresoras para la época, con recurrentes pinceladas eróticas, un caso único en el panorama literario del Siglo de Oro.

Sus novelas moralizantes evitan la retórica propia de la época y donde sus protagonistas son mujeres con carácter, decididas, que ceden ante el impulso amoroso, no tanto por la pasión, como por ejercer un acto de libertad individual. Sus novelas pasaron el filtro censor del siglo XVII y durante el siguiente e incluso principios del siglo XIX ,continuaron las ediciones, traducciones y adaptaciones de sus novelas a idiomas como el francés, al inglés, al alemán, al italian y hasta al neerlandés. Un éxito internacional que solo fue superado por Cervantes, Mateo Alemán y Quevedo, según destacan los expertos en su obra.

Siempre mostró en sus obras una voz transgresora hasta que el puritanismo y la misoginia del finales del XIX y de principios del XX atacaron parcial o totalmente su trabajo. Frente al desprecio de algunos críticos que dudaron de que fuera capaz de escribir una «historia larga y más encadenadas que las que hizo», ya que «requieren de conocimientos que solo puede adquirir un hombre», fue considerada por otros, muy especialmente por Emilia Pardo Bazán, como la mayor feminista de las letras españolas.

Aún así, la autora gallega excluye de su selección de obras algunas novelas por «su mucha crudeza», temiendo que se juzgue mal a la escritora por «algunas frases vivas y algunas escenas poco veladas (aunque nunca realmente licenciosas)».

Ya a comienzos del siglo XX, el norteamericano George Ticknor dijo de su novela ‘El Prevenido engañado’ que era «de lo más verde e inmodesto» que nunca había leído; y el alemán Ludwig Pfandl afirmó en 1933 que sus novelas eran «historias libertinas» y ‘El Prevenido engañado’ una «obscena novela», indicando que «su realismo, con demasiada frecuencia degenera una veces en lo terrible y perverso, otras en obscena liviandad».

Desde hace unos 40 años se alaba a Zayas por los mismos rasgos por los que se la censuraba antes. Juan Goytisolo, que destaca la originalidad que suponía en su época la presentación del mundo erótico y de la sexualidad femenina, ve elementos convencionales de sus novelas, precisamente en esta innovación donde opina que existe una virilización de la mujer y una inversión de los sexos, una vuelta a una interpretación convencional.

EN DEFENSA DE LA MUJER

Aunque es arriesgado hablar de «feminismo» en la época que escribió esta autora, no podemos obviar las ideas reivindicativas en el conjunto de su obra. Zayas defiende que la mujer no es el ser malintencionado y retorcido a quien los moralistas y teólogos se empeñaban, desde hace siglos, en acusar de todos los males, sino que, como todo ser humano, es capaz de valientes acciones y honestos comportamientos. Zayas es una voz esencialmente transgresora que ya en el prólogo a su primera colección de novelas titulado «Al que leyere», reprueba que se den a las mujeres ruecas en lugar de letras:.

«Si en nuestra crianza, como nos ponen el cambray en las almohadillas y los dibujos en el bastidor, nos dieran libros y preceptores, fuéramos tan aptas para los puestos y para las cátedras como los hombres, y quizá más agudas». Y pese a que la perspectiva de Zayas es la de la clase acomodada y aristocrática en su visión tradicional de la sociedad, como matiza la catedrática Alicia Yllera, Zayas reprocha a los hombres el denigrar a las mujeres, el limitar su existencia a vivir encerradas en el ámbito doméstico, a estar obsesionadas por su honra y a vivir preocupadas por las apariencias y el engaño. En su única obra dramática «La Traición en la amistad», la protagonista, Fenisa, destaca por defender su deseo de amar a todos los hombres que le roban el corazón, como le explica a su criada y no limitar su amor a un único hombre.

Se ignora si estuvo casada o fue soltera, pero sí se conoce su amistad con la dramaturga andaluza, Ana Caro Mallén de Soto, a la que Zayas se refiere en su obra y que estuvo en Madrid en 1637, año en el que Zayas publica su primera colección de novelas.

Curiosamente desde entonces transcurren diez años de total silencio, hasta que en 1647 se publica la segunda colección de novelas.

Zayas defiende la necesidad de que las mujeres unan sus fuerzas y desarrollen lazos de amistad que las pueden hacer más fuertes y, ante el fracaso o la impotencia de conseguirlo, (siglo XVII) surge el convento —en ausencia de otro— como un ámbito propicio para poder relacionarse libremente.

Y ofrece, para algunos de los desenlaces de sus historias, la huida al monasterio habitado solo por mujeres ¡liberadas del gobierno masculino y sus imposiciones!.

EDUCACIÓN CASTRADORA

En la Segunda parte de su obra da un paso más y considera que, tras esta educación castradora, se oculta el temor de los hombres a la competencia femenina, a una mujer inteligente capaz de defenderse por sí misma. María de Zayas pide para la mujeres, no solo el derecho a elegir su destino, sino el de recibir una buena educación que les permita ser más hábiles en el mundo y, por tanto, no ser víctimas fáciles de engaños.

La narrativa de Zayas —a juicio de la filóloga Mar Cortés Timoner— defiende una restitución moral y social de la mujer a través de personajes femeninos que interrogan, con su comportamiento y discurso, las normas y los valores patriarcales; un constante cuestionamiento que permite considerar a María de Zayas como una de las primeras autoras en la literatura española que se atrevió a exponer y revisar la concepción y el valor de la mujer en la sociedad. «Por haberse atrevido a tomar la pluma y publicar sus escritos, —resume la catedrática y filóloga, Pilar Palomo—, María Zayas debe considerarse una escritora precursora del feminismo contemporáneo».

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