Diario de León
warner studios

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León

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No hay nada parecido al momento en el que la pantalla se abre y los niños entran en el comedor de Howards, a aquel escenario mágico en el que Hermione, Harry y Ron cenaban cada noche a la luz de las velas voladoras mientras Dumbledore, Hagrid y la profesora McGonagall les observaban. Los estudios de la Warner son uno de los viajes preferidos por los niños... y por sus padres. Cualquier amante de las historias de J. K. Rowling no puede dejar de viajar hasta esta localidad londinense —a la que se llegan fácilmente en tren desde la estación Victoria— para conocer los decorados en los que se rodaron las películas de Harry Potter. Desde la entrada a los estudios, donde podremos probar los deliciosos pasteles y las ranas de chocolate que los alumnos de la escuela de magia tomaban en el tren, la magia de las historias envuelven a los visitantes sin dejar ningún detalle al azar. Debajo de la escalera, la pequeña habitación en la que Harry Potter vivió junto a sus horribles tíos da la bienvenida a un recorrido en el que los niños avanzan en una sensación de emoción que desemboca con la apertura de la puerta del gran comedor. A partir de ese momento, la experiencia se vuelve única. El bosque encantado, el despacho de Dumbledore, el callejón de Diagón, el andén nueve y tres cuartos, el banco de los Gringotts ... todos los decorados que sirvieron para el rodaje de las películas se convierten en los escenarios para realizar los sueños de los más pequeños. Un ejemplo es el callejón Diagón, el lugar donde los niños acudían a buscar las varitas. En este escenario, que ha ido cambiando durante toda la saga está inspirado en las obras de Charles Dickens, y alberga el banco Gringotts, Flourish y Blotts y la farmacia del Sr. Mulpepper, además del polvoriento establecimiento de Ollivanders donde la varita de Harry escogió a su dueño.

Pero la experiencia de viajar a los studios de la Warner en Leavesden es mucho más. Allí podemos volar sobre las escobas igual que los protagonistas de la saga, contemplar el árbol boxeador o la capa de invisibilidad que a Harry le legó su padrino, Sirius Black.

En breve, además, llegarán hasta los estudios varios efectos visuales que se celebrarán entre el 22 de enero y el 1 de mayo. Un ejemplo es cómo un ingenioso truco de cámara creó el efecto de desaparición de la capa de invisibilidad. Los visitantes también podrán hacer su propia carta vociferadora, como la que la señora Weasley envió a su hijo en Harry Potter y la Cámara Secreta. Los visitantes más observadores avistarán a unos cuantos traviesos duendecillos de Cornualles deambulando por el Studio Tour, y están más que invitados a encontrarlos todos y a coleccionar sellos como parte de su pasaporte de actividades del Mapa del Merodeador.

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