
9 de mayo de 2022, 3:35
Uno de los símbolos de la ciudad, vigila el cielo leonés desde hace siglos en lo alto de la Colegiata de San Isidoro. Con el misterio sobre su origen sin resolver, lo que alimenta las leyendas, con el gallo original a buen recaudo en el museo, la escultura sigue reflejando sobre su dorada cobertura los atardeceres de la ciudad.