Diario de León

OLIVICULTURA EN PONFERRADA

Los científicos buscan el olivo del Bierzo con mejores propiedades médicas

Un reconocido oftalmólogo de San Esteban de Valdueza, Jesús Merayo, planta un olivar experimental con la ayuda de investigadores de Córdoba

El oftalmólogo Jesús Merayo señala su finca experimental a los cuatro investigadores de la Universidad de Córdoba, situada en una loma por encima de San Esteban de Valdueza. ANA F. BARREDO

El oftalmólogo Jesús Merayo señala su finca experimental a los cuatro investigadores de la Universidad de Córdoba, situada en una loma por encima de San Esteban de Valdueza. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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El empeño inversor altruista, benefactor e investigador del famoso oftalmólogo de San Esteban de Valdueza (Ponferrada), Jesús Merayo Lloves —catedrático de Oftalmología de la Universidad de Oviedo y director del reputado Instituto Universitario Fernández-Vega de la capital asturiana— está impulsando la puesta en valor del olivo primigenio del Bierzo.

Merayo tiene en marcha en su pueblo un proyecto pionero en la comarca.  En breve comenzará a plantar una finca experimental de 500 olivos con la que se logre el árbol autóctono con la aceituna más genuina berciana. Con ello se quiere rescatar y potenciar al máximo la singularidad de la producción de los olivos de la comarca, que hace miles de años (incluso antes de la presencia romana) poblaban estas tierras.

Para ello, Jesús Merayo ha echado mano del conocimiento de uno de los grupos de científicos e investigadores que más saben en España sobre el olivo, sus diferentes clases y su selección genética diferenciadora, para obtener la mejora de los cultivos.

 Así, a lo largo del pasado fin de semana y con la finalización del trabajo de campo ayer martes, se desplazaron al Bierzo cuatro investigadores de la Universidad de Córdoba, pertenecientes al grupo Ucolivo.

Se llevan para su análisis muestras seleccionadas de viejos olivos, recogidos en los lugares más singulares del Bierzo de donde se tiene conocimiento. En concreto, aparecen más de una veintena de procedencias de árboles monumentales o de restos de viejos olivares.

El equipo

Al frente del equipo investigador está Maribel Trujillo Navas, profesora titular de la Universidad de Córdoba, cuya actividad investigadora se ha centrado principalmente en la caracterización, identificación y catalogación de variedades de olivo, para su conservación y uso en los programas de mejora genética.

Con ella viajaron al Bierzo Pedro Valverde Caballero, investigador responsable de las lineas privadas del Programa de Mejora Genética de Olivo, entre ellas la relacionada con la búsqueda de nuevas variedades resistentes a las afecciones del Verticillium dahliae y a Xylella fastidiosa.

También acudió Carlos Trapero, investigador postdoctoral, centrado en la mejora genética de olivo; principalmente para resistencia a la citada verticilosis. Trabaja igualmente en la implementación de nuevas técnicas para incrementar la eficacia del proceso de mejora genética, así como en el comportamiento en el campo de distintas variedades y patrones de olivos.

Además, otro de los investigadores es un albanés llamado Fredy Hristofor Miho, responsable de la gestión y ejecución del proyecto Gem4olive, del programa de trabajo Horizon 2020, que abarca diferentes vertientes de investigación relacionas con la pre-mejora genética del olivo. 

Leyendo a San Valerio

Cuenta el oftalmólogo Jesús Merayo que el proyecto berciano de selección de los olivos comenzó leyendo hace tiempo escritos del siglo VII, de San Valerio, en el que explicaba en uno de sus pasajes que estaba viendo la ermita de Fulibar, y aludía a lo que hoy es un anillo verde alrededor de Ponferrada. Venía de Otero y se dirigía a la zona de Montes de Valdueza, y al llegar por encima de San Esteban (lugar donde se plantará el olivar experimental) describe en sus escritos la existencia de olivos.

 En este proceso, recibió igualmente ayuda de la asociación A Morteira, verdaderos especialistas en árboles monumentales del Bierzo. También de la Asociación Berciana de Agricultores y su director técnico Pablo Linares.

Los datos preliminares que ahora manejan indican que olivos de Labaniego (los más antiguos), los de la iglesia de Campo, de Villanueva, los  de San Esteban de Valdueza, Valdefrancos, de la zona de San Cosme y los de Otero comparten la misma genética, tienen los mismos microsatélites de las secuencias de ADN. 

Esto llamó mucho la atención al Banco de Germoplasma de la Universidad de Córdoba, se interesaron por la circunstancia y lo han transformado en este proyecto de investigación.

De forma paralela, según cuenta Jesús Merayo, también trabajaron en propagar estos olivos de la zona de la Valdueza con una selección en vivero, contando con la asesoría de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Córdoba, y serán plantados en la próxima primavera.

Plantones de toda la comarca

Se trata de 500 plantones de olivos, que viene a ser como el parque temático de todos los olivos del Bierzo. Así, hay olivos seleccionados procedentes de Labaniego, Ponferrada (Columbrianos, Campo), toda la Valdueza,  Arganza, Villafranca, Cacabelos, Salas de la Ribera y Las Médulas.

«Hay entre 25 y 50 olivos de cada sitio y vamos a plantar esas dos hectáreas experimentales con unos olivos de aquí, resistentes al frío. Esas características les hacen interesantes por las aceitunas y por las hojas si lo llevamos al campo de aplicaciones biomédicas y dermocosméticas. Y eso, abre también una vía de investigación muy atractiva en medicina regenerativa con estos olivos resistentes al frío y que crecen en terrenos ácidos, una línea en  la que llevamos muchos años trabajando», indica el promotor de la iniciativa.

Monumento, paisaje, rutas

Toda esta iniciativa pretende igualmente complementarse con otras facetas. Se trata de un proyecto que tiene también una parte monumental y paisajística de conservación de árboles antiguos y otra de turismo verde, con rutas de olivos en el Bierzo, más el aceite singular.

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