Diario de León

EL PASO DEL TIEMPO

El Reloj no marca las horas

El Ayuntamiento de Ponferrada inicia la reparación de una de las esferas de la vieja Torre del Reloj que, dilatada por el calor, no medía bien el tiempo.

La esfera que da a la calle del Reloj, ayer sin agujas. L. DE LA MATA

La esfera que da a la calle del Reloj, ayer sin agujas. L. DE LA MATA

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C. FIDALGO | PONFERRADA

El sol es enemigo del tiempo. O al menos de los mecanismos que lo miden. Y la prueba, para los escépticos, se encuentra muy cerca, en una de las dos esferas de la Torre del Reloj de Ponferrada.

Dilatada por el calor, la esfera con vistas a la Calle del Reloj recibió ayer la inspección de los técnicos de una empresa de Lugo especializada en el arreglo de relojes monumentales para tratar de poner remedio al desbarajuste horario que hace que las agujas nunca estén en su posición real. Los técnicos desmontaron el mecanismo y retiraron las agujas, dejando huérfana a la esfera. En breve ofrecerán un diagnóstico y trasladarán un presupuesto con el coste de la reparación al Ayuntamiento, según informaron fuentes municipales.

El reloj de la torre —construida en la primera mitad del siglo XVI sobre el antiguo Arco de las Eras, uno de los accesos de la desaparecida muralla medieval— no funciona con la maquinaria donada por la Minero Siderúrgica de Ponferrada en el año 1920, sino con un automatismo instalado en 1972 que desde el año 2000 cuenta con relés programables. Lejos quedan los tiempos en los que el relojero Cesáreo Gómez se encargaba de dar cuerda al reloj. Aquel viejo mecanismo de relojería se puede ver desde 1997 en el vecino Museo del Bierzo y ponerlo en hora obligaba a Cesáreo Gómez a tomarse su tiempo.

Sin agujas

Ayer, no fueron pocos los ponferradinos que, al levantar la vista a media mañana, descubrieron que a la esfera con vistas a la calle del Reloj —la que da a la plaza del Ayuntamiento no sufre el efecto de los rayos de la misma forma— descubrieron que le faltaban las agujas. Muchos vecinos se habían acostumbrado a que a media noche, después de una tarde especialmente soleada, la esfera marcara varias horas menos y, a la espera de saber a cuánto puede ascender el coste de la reparación, el Ayuntamiento ha querido poner en hora uno de los emblemas de la ciudad para que vuelva a ser fiable. No en vano, uno de los dichos populares que todavía circula por Ponferrada dice que la ciudad acaba allí donde dejan de oírse las campanas de la vieja Torre del Reloj.

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