El Festival de la Guitarra cumplirá 30 años con el ‘Concierto de Aranjuez’

d. álvarez | ical  

El Festival Internacional de Guitarra de Ponferrada, el evento más veterano del panorama cultural de la ciudad y uno de los más importantes del noroeste peninsular, cumple tres décadas y, para celebrar este aniversario, prepara una edición especial con dos platos fuertes en su programación, según avanza la organizadora y exdirectora del Conservatorio, María José Cordero. Uno de ellos será, el día 23, una puesta en escena del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, de la mano de una Orquesta Sinfónica; y el otro, un homenaje al Premio Cervantes 2006, Antonio Gamoneda, en un espectáculo de música y poesía que contará con su presencia.  

Cuenta el refrán que nadie es profeta en su tierra y seguro que eso mismo debería pensar la guitarra española si las guitarras pudieran pensar. Tuvo que ser un cubano, el músico Flores Chaviano, el que impulsara la creación de un festival dedicado a este instrumento en Ponferrada. Más de un centenar de conciertos después, la cita de este año se concibe como «una vuelta a los orígenes», con un retorno del repertorio más clásico.

En ese sentido, Cordero destaca la capacidad del festival para «abrirse a otros géneros y formaciones y ampliar su espectro», desde su origen vinculado al Conservatorio hasta incorporar en su programación «flamenco y otras hierbas, como folk, jazz o country». «La guitarra española no sirve solo para hacer clásica», cuenta María José Cordero, que adelanta que la edición de este año constará de cuatro conciertos: un gran recital en el Teatro Bergidum, dos actuaciones en la sala Río Selmo y un último concierto en el auditorio del Conservatorio.

«Nuestro mérito es aguantar a pecho descubierto, lo demás lo hacen los artistas», confiesa la organizadora, que defiende con orgullo que «durante los cinco primeros años, lo mejor de la guitarra clásica pasó por aquí». Nombres como el de Manuel Barrueco, David Russell, Tomatito o los americanos Los Angeles Guitar Quartet han pasado por el festival.

Fueron tiempos en los que la asociación Mousike contaba con «generosas ayudas» del Ayuntamiento y de la Diputación de León. «Con un millón de las antiguas pesetas se podían hacer muchas cosas», recuerda Cordero. La llegada de la crisis y la retirada o el recorte de subvenciones provocó que el presupuesto pasara de 21.000 a 3.000 euros en un año, lo que llevó a la organización a pensar en tirar la toalla.

Este año, el presupuesto es de 9.000 euros, con la colaboración del hotel AC de Ponferrada, donde tendrá lugar la presentación del programa el próximo miércoles. «Con ese dinero podemos hacer un poco más», admite la organizadora.