Diario de León

LAS CLAVES DEL DERRUMBE EN LA A-6

Primer descarte: la zona sísmica de Piedrafita no influyó en el derrumbe

El Ministerio minimiza un posible efecto de los últimos seísmos en la zona por su baja intensidad

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Ponferrada

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A la espera de que se presente el informe de los más de 60 expertos que ha invitado el Ministerio para determinar las causas del doble derrumbe en el viaducto del Castro, en la A-6 a su paso por el Bierzo, camino de Piedrafita, hay algo que ya se descarta. Y es el efecto de los pequeños terremotos que se producen de forma frecuente en esta zona fronteriza con Galicia.

En la Red Sísmica Nacional no se está realizando ningún estudio específico sobre la actividad sísmica en las provincias de Lugo y León antes de los derrumbamientos del viaducto en el mes de junio ya que los sismos ocurridos fueron de baja magnitud.

Así lo confirman fuentes oficiales, que descartan que tengan algo que ver con lo que ocurrió en esta infraestructura.

La zona del viaducto del Castro, en la parte gallega, sufrió dos terremotos en los 15 días anteriores al derrumbe del primero de los tableros de hormigón, el pasado 7 de junio. Fueron en un radio de 25 kilómetros, en la zona de Lugo, concretamente en As Nogais y Triacastela, a 15 y 24 kilómetros respectivamente de la zona del siniestro, según los datos registrados por el Instituto Geográfico Nacional en su web, que informa sobre los seísmos detectados en España en tiempo real.

El primero de los seísmos tuvo como epicentro Triacastela, a 24 kilómetros de Piedrafita, el 20 de mayo, con una intensidad de 2,3 mbLg, magnitud utilizada por el Instituto Geográfico Nacional similar a la Richter. El segundo se localizó en As Nogais, ocho días después, el 28 de mayo, con una intensidad de 1,8.

La actividad sísmica en esta zona fronteriza entre el Bierzo y Galicia es habitual, tanto en Galicia como en la comarca, donde se han registrado en los últimos años pequeños terremotos con epicentro en municipios como Trabadelo y Vega de Valcarce, el municipio donde se ubica el viaducto del Castro.

En un informe sobre los desmontes en el valle del río Valcarce para hacer la autovía, profesores y estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de La Coruña ya advirtieron de la complejidad del terreno en esta zona fronteriza entre el Bierzo y Galicia.

Entre otras causas, decía textualmente el informe, por la existencia de numerosas fallas y zonas de fracturación, los niveles intercalados de pizarras muy arcillosas, carbonosas (ampelíticas) o muy alteradas, «que constituyen prácticamente un material tipo suelo», y la presencia de paquetes calizos o diques de cuarcita, «bastante fracturados en ambos casos», añadía el estudio, que está publicado en la web de este centro universitario gallego.

También en un informe del Ministerio se explicaba que la zona de Vega de Valcarce «predominan los cabalgamientos por esfuerzos tectónicos».

La Inspección General de Servicios y Obras, que es el organismo encargado de la coordinación de todos los estudios sobre el doble derrumbe, con más de 60 expertos y diez empresas contratadas, todas punteras según el Ministerio, aunque no se han facilitado sus nombres, trabaja con dos hipótesis: un problema de cimentación o un fallo en el sistema de cables, aunque los expertos en estructuras señalan que un accidente de estas características siempre es multicausal. En el Ministerio se está analizando el historial del viaducto desde su proyecto y se espera que para el mes de octubre se hagan públicas las primeras conclusiones.

El último paso se ha dado esta pasada semana, con el inicio del desmontaje de las pilas 1 y 2, que sujetaban los dos tableros de hormigón que se vinieron abajo. Según el Ministerio, se espera que los trabajos se alarguen durante más de un mes.

El desmontaje se realizará cortando ambas pilas en tramos que posteriormente serán cargados en medios de transporte mediante grúas. Una vez retiradas las pilas se procederá al análisis y toma de datos de los restos del tablero del vano 2, ya demolido, para lo que será preciso ejecutar un camino de acceso. Además, también se procederá a la realización de ensayos sobre las pilas desmontadas.

Sin embargo, algo ha cambiado. Y es la presión sobre el Ministerio para que haga público cuanto antes el informe sobre las causas después de que la conselleira de Infraestructuras e Mobilidade de la Xunta, Ethel Vázquez, denunciara que sospecha que el Ejecutivo Central ya conoce las causas del colapso del viaducto del Castro en la A-6 y exigiera una «mesa de intercambio de información».

Lo que sí es cierto es que el Ministerio está dando información con cuentagotas e insistiendo siempre en que, lo primero, es garantizar la seguridad de los trabajos.

Los viaductos del Castro estaban siendo objeto de obras de reparación, que se habían iniciado el pasado mes de octubre de 2021, a través de una declaración de emergencia, con un presupuesto de 24 millones de urgencia aprobado por el Consejo de Ministros en dos partidas.

De momento, el Gobierno insiste en sus plazos y así consta en una nueva pregunta parlamentaria formulada por senadores gallegos del PP. «En relación con la pregunta formulada, se informa que las posibles causas del colapso de dos vanos del tablero sentido A Coruña del viaducto del Castro en el punto kilométrico 430 de la A-6 en Vega de Valcarce, que estaba siendo reparado, están siendo investigadas», es la respuesta gubernamental por escrito. Nada nuevo.

Desde la Xunta se están haciendo preguntas que se habría hecho la administración gallega si la titularidad del viaducto fuera suya, como si el sistema empleado en el viaducto del Castro, de dovelas prefabricadas con pretensado exterior, tiene que ver con el colapso del puente.

El viaducto del Castro formó parte del último tramo en ponerse en circulación en la denominada Autovía del Noroeste, entre Madrid y La Coruña hace ya más de dos décadas. Las obras aprovecharon casi su totalidad la ruta secular del Camino de Santiago en su tramo conocido como «Puerta a Santiago», que atraviesa el macizo Galaico-Leonés, desde Villafranca del Bierzo, en la provincia de León, hasta Becerreá, en Lugo. Todo para salvar el puerto que da nombre a esta frontera natural entre la comarca y la comunidad vecina, situado a 1.104 metros de altitud sobre el nivel del mar. Los datos de la movilización de medios técnicos asustan aún hoy: 10 enlaces, 42 viaductos, 7 túneles dobles, 5 pasos superiores y 224 pasos inferiores fueron necesarios para abrir la nueva autovía, una obra de ingeniería que ahora pasa por tener el mayor incidente de las carreteras españolas.

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