Recetas austeras

Para recuperarnos de la huelga general con los consabidos desajustes, recibamos a la Semana Santa como bálsamo de Fierabrás. Para continuar con la tradición culinaria de estas fechas; y aprovechando el lamentable estado de algunas despensas, vamos a preparar una receta que, a la vez que austera, nos puede facilitar un momento de placer para los sentidos. Nos metemos en harina para preparar unas esponjosas Torrijas; con mucha tradición en estas fechas. Ingredientes: Con unos mendrugos de pan duro (fácil de encontrar), un poquito de leche (no mala), dos mondaduras: una de naranja y otra de limón (este ingrediente es fácil de conseguir), canela en rama (si no tenemos, se lo pedimos a la suegra, que de eso no le faltará), tres pares de huevos (valen huevos de nido ajeno), unos azucarillos (aunque sean de los cogidos distraídamente en el bar), medio litro de agua (puede ser de la fuente pública), aceite (usaremos unas muestras gratuitas que nos obsequiaron en la feria) y dos cucharadas de brandy (si no tenemos, pues del jarabe del abuelo, de ese que le coloca). La elaboración es la siempre: Colocamos las rebanadas de pan duro en un recipiente. Ponemos la leche al fuego con los azucarillos, las pieles y la canela. Dejamos hervir, lo colamos y vertemos sobre el pan duro. Maceramos 15 minutos. Para preparar el almíbar, ponemos en un cazo al fuego el agua con el azúcar y el jarabe de la tos del abuelo y cocemos a fuego lento 15 minutos. Apartamos del fuego y dejamos enfriar. Batimos los huevos y, con una espumadera, pasamos las rebanadas de pan por el huevo batido y freímos en abundante( bueno, lo de abundante se puede menguar) aceite hasta dorar. Las sacamos y las escurrimos sobre papel absorbente (vale de periódico), colocamos en un recipiente y vertemos el almíbar por encima. Podemos comprobar como, en tiempos de crisis también el ingenio nos abre una puerta para el disfrute