Diario de León

La salvación, en una jaula

La pajarera que alberga el parque de Quevedo es un refugio para las aves exóticas que puestas en libertad amenazan el hábitat de las autóctonas

Aves en las jaulas de la pajarera del Parque de Quevedo, que sirve para preservar el hábitat.

Aves en las jaulas de la pajarera del Parque de Quevedo, que sirve para preservar el hábitat.

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Beatriz Núñez | León
León

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En el parque de Quevedo, detrás de las rejas de una jaula aletean las aves que la Asociación Ornitológica Leonesa (Focde) se encarga de cuidar. No se trata de aves domésticas, como los patos, las ocas o los gallos que campan a sus anchas por todo el parque. Sino que son aves exóticas, como los periquitos o los agapornis que, por lo general, pueden adquirirse con facilidad en las pajarerías y tiendas de mascotas.

Las aves llegan a esta pajarera cuando las familias que las han comprado y cuidado no pueden hacerse cargo de ellas, especialmente en verano y con el jaleo que supone irse de vacaciones y no saber qué hacer con estas mascotas. Son entonces los miembros de la asociación quienes les ofrecen un hogar y les procuran alimento, así como la oportunidad de criar, antes que soltarlas donde terminarán ocupando el lugar de las aves autóctonas.

«Son aves que la gente suelta. Se reproducen y terminan desplazando a las autóctonas», explica Serafín Freijo Llamazares, presidente de la asociación. La pajarera del parque de Quevedo tiene en realidad, más que una función recreativa para los visitantes del parque, la función de mantener separadas las aves foráneas de las autóctonas, para protegerlas.

Las aves que recogen suelen ser, sobre todo, loros, periquitos o agapornis que en un primer momento atraen la atención de quienes los compran por su colorido, pero que al final optan por deshacerse de ellos «porque son escandalosos o consideran que pueden ser peligrosos en un momento dado», cuenta Freijo.

La asociación recupera entonces estas aves si antes no han sido donadas o si ya han sido soltadas en libertad. «Nos llaman para que vayamos a recogerlas o nos las traen. Luego las tenemos en cuarentena antes de meterlas en la pajarera con las demás». Esto significa que una vez entran en la pajarera, quienes decidieron donar las aves ya no pueden volver a por ellas.

La pajarera cuenta con casi 50 ejemplares exóticos de distintas especies que cualquiera puede visitar.

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