Diario de León

Mano a mano escultórico

El arte une a Zapico y Pedrosa

El torero burgalés ‘nacido’ en León para los toros tiene una escultura en la capital castellana, como la que esculpió Juan Carlos Uriarte al de Santa Marina para que nunca se olvidara su pelea por la plaza de León

Ponferrada

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Dos toreros, Felipe Zapico y Rafael Pedrosa, ya comparten algo más que andanzas como maletillas y toda una vida en el mundo taurino. Ambos lucen esculturas en las ciudades que han sido todo para ellos; León en el caso de Zapico; Burgos, al hablar de Pedrosa, que también se consideró leonés por sus inicios de novillero y porque aquí tomó la alternativa. Y ambos, junto a las plazas de toros de ambas ciudades. Juan Carlos Uriarte esculpió la de Zapico y no hace mucho Cristino Díaz la de Pedrosa. No son las primeras; las hay también a Yiyo en Madrid, Julio Robles en Salamanca...

«Fue un gran amigo; por eso un olé para él y siempre mi recuerdo presente», asegura Zapico, al agradecer el gesto de Burgos con Rafael Pedrosa. Y es que, como dijo el propio escultor Cristino Díaz en la inauguración de la obra, antes de la pandemia, Pedrosa se merecía ese monumento en su ciudad natal «por su trayectoria en los ruedos y por la huella que dejó entre aficionados y profesionales de esta tierra».

En el caso de Zapico, fue la familia Postigo quien costeó en 2008 la obra, también en agradecimiento por sus desvelos para conservar la plaza de toros. Postigo padre, ya fallecido, enamorado como Zapico de los toros y la poesía, cogió el coso de El Parque en el peor momento para salvarlo de la piqueta y hacer de León una gran feria. La escultura, que todos los años se mostraba en el patio de caballos es un retrato de Zapico sobre los versos de Pérez Herrero: «Los aplausos lo dicen, los poetas lo han dicho. Un romance de toros es Felipe Zapico».

Obras taurinas
La escultura de Zapico es obra de Uriarte y la de Pedrosa ha sido esculpida por Cristino Díaz

En ese mano a mano, ahora escultórico, suenan también las palabras de quienes hace unos meses acompañaron a la familia de Pedrosa en un acto similar al que vivió Zapico hace más de 13 años. El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, confeso aficionado taurino; el responsable de Instalaciones Deportivas del Ayuntamiento, Levi Moreno; el empresario y arrendatario de la plaza de toros, Alberto García y el autor de la escultura el escultor y polifacético artista burgalés, Cristino Díaz, acompañaron a la familia en la puesta de largo de un monumento «que recuerda a un torero grande, a un hombre de bien y a una de esas personas que dejan huella por su honestidad y bonomia: el maestro Rafael Pedrosa», se escribió en El Correo de Burgos .

La familia del maestro —su viuda y sus hijos— presidió el acto de inauguración en los jardines contiguos al Coliseum.

Felipe Zapico, junto a la escultura que le hizo Juan Carlos Uriarte y que todos los años se exponía en la plaza de León.  NORBERTO

«Felipe Zapico tiene planta de buen torero. Es como un árbol, bien enraizado. Anda derecho y tiene un punto de soberbia, siempre a paso de banderillas y deja perdérsele la mirada hacia no se sabe qué palcos presidenciales, donde figura un Presidente cargado de pañuelos blancos, azules, rojos, que son los signos de la gloria. León, me sugiere, ha sido tierra de toreros. Lo que sucede es que hiela con ferocidad y nieva en los altos y los tendidos se coronan de espumas de frío en lugar de flores». Así escribía Victoriano Crémer de Felipe Zapico en 1984, en las páginas de este decano sobre Felipe Zapico, santo y seña de esa generación y el último ya que mantiene viva la llama del arte y del toro después de que ya se hayan ido los Currito, Perelétegui, Román Balbuena, Clemente Gallo...

Ni las últimas cornadas le han hecho mella. Vio cumplido su sueño de torear por primera vez en la plaza de León en un festival el 20 de abril de 1952 — «un mano a mano de noveles de la localidad» decía en cartel de aquella tarde—. Torero, banderillero, empresario, apoderado, presentador de televisión... su vida han sido y son los toros. Aunque ahora estén cerrados el Madrid y ‘su’ plaza por culpa de ese otro toro del Covid-19, en su cartera no faltan los recuerdos de toda una vida. Y, como revolucionario de este arte, ahora también lidia en Facebook, donde tiene muchos seguidores.

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