La Catedral tardará seis años más en salvar las vidrieras

Es una restauración colosal. El Sueño de la Luz, como se bautizó en 2005 el proyecto para rehabilitar el mejor conjunto de vidrieras del mundo, no concluirá hasta el año 2025, siempre que no haya retrasos. A un ritmo de uno o dos vitrales al año o, lo que es lo mismo, 50 o cien metros cuadrados, aún faltan por restaurar cuatro de los 31 ventanales del templo gótico, así como los vitrales del crucero y los de la capilla de la Virgen del Camino. La Comisión Territorial de Patrimonio y Cultura autorizó ayer la reparación del ventanal S-XV. Es una de las vidrieras más antiguas de la Catedral, del siglo XIII, y en ella aparecen san Esteban, Santiago Peregrino, Ezequiel y san Daniel.  

Desde hace quince meses una enorme lona tapa el gran ‘ojo vacío’ que ha quedado en la fachada principal, desde que se desmontó el gran rosetón para ser restaurado.  

Al final, la recuperación de los 1.800 metros cuadrados de vidrieras de la Catedral —737 piezas, tres rosetones de ocho metros de diámetro, 31 ventanales de doce metros de altura y 48 espacios de diverso tamaño— habrá costado veinte años y alrededor de diez millones de euros. Una empresa en la que inicialmente se embarcaron tres ‘socios’, Junta de Castilla y León, Caja España y Cabildo. La entidad de ahorro fue la primera en desmarcarse; y en 2013, también la Consejería de Cultura. Ahora es la entrada que pagan los visitantes la que sufraga la rehabilitación, adjudicada desde el principio a la empresa Esoca. «Cada metro cuadrado de vidriera cuesta más de 5.000 euros», según Mario González, administrador de la Catedral.

El desmontaje del rosetón y la reparación de la célebre vidriera de han sido dos momentos clave en el Sueño de la Luz. El rosetón no se había tocado desde la magna restauración llevada a cabo en la Catedral a finales del siglo XIX. es una de las más antiguas y compendio de todas las patologías que sufren las vidrieras. En mayo de 2008 se restauró , sobre la que los historiadores no se ponen de acuerdo. Los investigadores se dividen entre quienes creen que fue realizada para estos ventanales y los que defienden que procede de una de las capillas de la girola, quizá la central, en la que hoy luce la representación de la Epifanía, obra renacentista de Rodrigo de Herreras. Lo único cierto es que su actual disposición fue elegida durante las restauraciones decimonónicas dirigidas por Juan Bautista Lázaro y Demetrio de los Ríos, quienes recompusieron en siete años todos los vitrales. Nadie volvió a ocuparse de ellos hasta que en 1995 Zurdo retomaba los trabajos de aquellos intrépidos arquitectos, a quienes cabe el mérito de haber preservado la totalidad de vidrieras originales sin emplear métodos que ocasionaran graves daños para su conservación futura.