Diario de León

Directamente, sin mediación, de la naturaleza al lienzo

Los paisajistas Tomás Guzmán y Fermín García Sevilla exponen en Alemi.

Imagen de uno de los lienzos de la exposición.

Imagen de uno de los lienzos de la exposición.

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marcelino cuevas | león
León

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La Galería de Arte Alemi (Plaza de San Marcelo) parece haber encontrado, por fin, el buen camino. Después de la gran exposición del pintor leonés Nadir, ha programado otra interesante muestra, esta vez a cargo de dos extraordinarios paisajistas que llegan desde Madrid.

Tomás Guzmán y Fermín García Sevilla, tienen tras de sí una larguísima carrera. Los dos mantienen estilos muy diferen6tes, pero perfectamente compatibles. García Sevilla prefiere los valles verdes de Castilla y la belleza de los grandes parques. Por su parte Tomás Guzmán quiere horizontes más amplios y los busca en las orillas del mar y los grandes pantanos interiores, procurando siempre que de una u otra forma el agua sea la protagonista de sus cuadros.

Durante milenios el paisaje era simplemente un complemento de las pinturas. Era y tramoya, escenario necesario con poco protagonismo en la historia que, ineludiblemente, esos cuadros contaban. Después se olvido el argumento, se perdió la historia y el paisaje salió de esos fondos, magníficos en muchas ocasiones, que pasaban desapercibidos para el espectador. Y desde hace apenas un siglo el paisaje se ha convertido también en protagonista, los pintores no ya tienen la obligación de contar una historia, sino de reflejar a través de su mirada personal la belleza, los colores, las luces y las sombras, la realidad magnífica de la naturaleza.

Idilio con la naturaleza

Confiesa Tomás Guzmán su idilio con la naturaleza: «Misteriosa y desnuda —dice— nos muestra la naturaleza su belleza telúrica, solo es necesario asomarse a ese balcón en el precipicio infinito y dejarse caer, gravitar en los ocasos, en las luces filtradas por el viento. Son incontables los ritmos cromáticos, como una compleja sinfonía repleta de armónicos inaudibles. El retrato del paisaje es sincero, amable, nos devuelve a la tierra y nos hace parecer insignificantes». «García Sevilla —comenta Javier Rubio Nomblot— indaga en lo que habitualmente queda más allá de los límites del cuadro. En sus obras, el espacio parecer curvarse no porque la mirada descienda desde el horizonte hasta el suelo, sino porque nos hallamos en los márgenes de la visión, una zona aprehendida que huye de la mirada y que se convierte, por obra de la geometría, en metáfora de lo misterioso, de lo íntimo, sobre todo, de la libertad del pintor».

En definitiva, dos grandes artistas que nos hacen disfrutar de la belleza de la naturaleza en unas obras pletóricas de realismo.

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