«Alfonso VI ganó batallas sin derramar una gota de sangre»

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De tú a tú. Así se encuentra el lector con uno de los más poderosos emperadores leoneses en el libro

(editorial Edilesa), que el escritor José Pedro Pedreira dio a conocer el día 22 en Caja España y que este día 26 de diciembre presenta en el auditorio Carmelo Gómez de Sahagún a las 20.00 horas. La obra, que quiere rendir un homenaje cercano y sincero a este personaje, incomprensiblemente desconocido a nivel popular, aúna el rigor del tratado histórico con la amenidad de lo que en realidad es, una novela con nervio y ritmo.

-”¿Qué impulso le movió a escribir este «Alfonso VI»?

-”Quizá la obligación moral de dar a conocer un poco más la figura de un rey que tan importante influencia tuvo para el devenir de España, teniendo en cuenta, sobre todo, que en el año 2009 celebramos su noveno centenario.

-”¿Cuáles son las líneas maestras de su contribución al conocimiento de esta figura histórica?

-”Primero, acabar con la identificación, errónea, de este rey con Castilla y como rey castellano; ya ni siquiera de Castilla y León, que tampoco es correcto, es que en muchos lugares te lo encuentras nombrado simplemente como «rey de Castilla». Pero fue un rey leonés, que a la muerte de su hermano Sancho ciñó también las coronas de Galicia y Castilla. Después, arrojar un poco de luz sobre los cantares de gesta y otras obras literarias como la del Cid (vasallo de Alfonso VI), que tienen su valor, sí, pero que son mitos, ficciones, que ofrecen una imagen distorsionada de la época, donde el rey aparece como un villano... incluso historiadores actuales han basado sus trabajos en potenciar esa imagen del Cid como héroe popular.

-”¿Cómo se ha acercado a la personalidad del monarca, al Alfonso VI hombre?

-”Detrás de las frías crónicas y de la documentación histórica siempre aparecen gestos que nos dan la cualidad humana del personaje. En este libro se ofrecen detalles personales, se muestra a un emperador hombre, con sus virtudes y defectos, un gobernante profundamente europeo, muy inteligente, diplomático, que ganó batallas sin derramar una gota de sangre -”sólo con la negociación y la diplomacia-”, y por tanto, adelantado a su tiempo. Un hombre que no está, pues, tan alejado de la sensibilidad actual.

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¿Tratado histórico, libro de divulgación, novela histórica...?

-”Novela histórica, sin duda. De hecho, creo que los historiadores metidos a novelistas son el gran mal que aqueja a la novela histórica actual. La gran novela histórica está hecha por novelistas, por profesionales de la literatura que saben elaborar una historia humana, independientemente del tiempo histórico en el que se desarrolle, aunque bien contextualizada. Mostrar el alma del personaje: cómo vivía sus emociones, es ese uno de los fines que me he propuesto.

-”¿Y cómo era, sentimentalmente hablando, Alfonso VI?

-”Era muy afectuoso, en contraposición con su hermano Sancho, que tenía un temperamento más conflictivo. También se desprende de los textos que fue muy cariñoso y atento con sus padres. Fue sin duda un hombre muy, digamos, pasional, pues llegó a tener cinco mujeres (una de ellas, la cuarta, era musulmana, Zaira), y posiblemente bastantes más amantes. Para poder casarse con Zaira tuvo que vencer las resistencias del clero, no debió de ser nada fácil... eso nos da una idea muy certera de cómo era su carácter. En cuanto a sus amantes, no eran simples concubinas como las que regalaban los reinos de taifas a los estados cristianos (tal y como había hecho antes, al revés), sino verdaderas compañeras, protagonistas de historias apasionadas.

-”¿Cómo deberíamos recordar a Alfonso VI?

-”Como una figura ineludible, importantísima, para la Historia de España, que llevó a cabo un acto de suma trascendencia como fue la toma de Toledo, la antigua capital del reino cristiano visigodo, con todo el carácter simbólico que tenía esta ciudad. A partir de ahí el pulso entre cristianos y musulmanes se tornó en favor de aquéllos.

-”El libro está escrito en primera persona...

-”Así es. He querido darle la palabra a Alfonso VI. Y recuerdo que el libro es una novela, no es objetivo, es subjetivo, como también lo fue Alfonso VI, un hombre, y como tal, parcial y subjetivo. Ante todo he intentado hacer creíble este personaje, hacer ver que también fue un ser humano.

-”¿Qué deberían hacer las instituciones para celebrar el noveno centenario de Alfonso VI, ya inminente?

-”No voy a ser yo quien les diga lo que tienen que hacer, pero León debería volcarse con el homenaje a este monarca. No puede pasar desapercibido, pero no sólo ya para León, sino a nivel nacional. Se ha de consultar a los expertos y diseñar un programa que constituya un acto de justicia con nuestro pasado. ¿Por qué no dedicarle una gran avenida, o plaza? Hoy, como tantos otros reyes leoneses, da nombre a una calle pequeña y casi oculta. Y sobre todo poner el acento en que fue un rey europeísta; antes se vivía de espaldas a Europa, pero él abre el camino a Cluny y potencia el Camino de Santiago.