Diario de León

Una ‘fortuna’ para 30 ermitaños

El Ayuntamiento de Villafranca busca 160.000 euros para restaurar los cuadros del convento de la Anunciada.

De izquierda a derecha: Dídimo el ciego y, a sus pies, animales que representan tentaciones demoníacas; Efrén (pintura muy deteriorada) y Lifardo.

De izquierda a derecha: Dídimo el ciego y, a sus pies, animales que representan tentaciones demoníacas; Efrén (pintura muy deteriorada) y Lifardo.

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N. g. sabugal | león
León

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Dídimo el Ciego, Babón de Gante, Lifardo, Guido de Pomposa, Avagrio el Pontico. Es posible que sus nombres no les suenen de nada y pocos son los que les han visto. Forman parte del grupo de treinta ermitaños que ‘residen’ en el convento de clausura de la Anunciada, en Villafranca del Bierzo, y que constituyen la más importante colección de pintura flamenca de la provincia y una de las más singulares de España.

A pesar de las ascéticas condiciones a las que están acostumbrados, estos ermitaños hace tiempo que demandan algunos cuidados. Las pinturas están sucias y presentan desgarros y grietas, así como oxidación y humedades. Por este motivo la Fundación del Patrimonio Histórico, el Ayuntamiento de Villafranca y las monjas clarisas descalzas de la Anunciada acaban de firmar un acuerdo para restaurar estos valiosos cuadros. El coste previsto es de 320.000 euros, que financiarán al 50% la Fundación del Patrimonio y el consistorio villafranquino, que está en ‘busca y captura’ de los 160.000 euros que necesita para que comience la reparación de estas pinturas.

¿Y cómo conseguirlos? Pues aguzando el ingenio... y las negociaciones. De momento el Consistorio de Villafranca ha iniciado trámites con diferentes empresas que podrían aportar el dinero que falta para poner en marcha esta importante reparación, pero está barajando otras opciones como abrir la puerta a la suscripción popular, tal y como se hizo el año pasado para financiar la creación de un busto del escritor Ramón Carnicer con motivo del centenario de su nacimiento.

Una iniciativa que podría ayudar a completar el importe necesario para la restauración, pero que seguiría necesitando de un mecenas mucho más importante, ya que el busto de Carnicer, realizado por el escultor leonés Amancio González, sólo supuso un desembolso de 6.000 euros.

«Ya hemos iniciado contactos con algunas empresas grandes y estamos en un compás de espera. También estamos barajando la apertura de una cuenta para aportaciones populares», confirma el concejal de Cultura de Villafranca, Luis Manuel Prieto Gaztelumendi.

Ahora mismo sólo se pueden ver algunos de estos ermitaños, los situados en la iglesia del convento, mientras que los que se encuentran en el claustro (los más deteriorados por este motivo) están ocultos a la curiosidad del visitante. Una vez que se consiga el montante necesario para iniciar la reparación y después de que la misma esté finalizada, el objetivo del ayuntamiento es que los treinta ermitaños puedan ser visitados.

Para esto se abriría al público una parte del claustro (el otro quedaría dentro de la parte de clausura del monasterio) y se incluiría en un recorrido circular que comenzaría en la iglesia. «Se realizará una visita guiada para ver los cuadros. La comunidad religiosa está de acuerdo. Y las aportaciones económicas por las visitas podrían ayudar al mantenimiento del convento», añade Gaztelumendi.

El pintor más importante de entre los autores de estos lienzos es Paul Bril, aunque Wenzel Cobergher coordinó y supervisó el trabajo. Otros son Jacob Frankart y Willem I Van Nieulandt. Las pinturas, según el informe que la Fundación del Patrimonio ha puesto a disposición de este periódico, representan eremitas que se distribuyen desde las costas mediterráneas: Egipto, Turquía, España o Italia, a otros países como Armenia, Bulgaria y Alemania. Los ermitaños muestran la superación de la condición humana mediante la elevación del alma.

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