Diario de León

Martín conquista el cómic italiano

El polifacético artista expone en Venecia una selección de su obra Su temática extrema y futurista le han convertido en uno de los dibujantes más aclamados en Europa

León

Creado:

Actualizado:

«En Japón hemos visto de todo. Pero esto no lo habíamos visto nunca». Esa frase, ya hace años pronunciada por un redactor jefe de una prestigiosa publicación especializada en el mundo del la ilustración, a Martín le confirmó que seguía en el buen camino. Y da la medida de su logro consolidado como artista. Miguel Ángel Martín (León, 1960), como creador, alcanzó pronto esa meta tan difícil como es la del lenguaje propio. Y podría decirse que el cómic le necesita por su potencia creativa. Ahora vuelve a Italia, otro de los países que le reclaman de continuo, con una exposición titulada Cold World , una colección de temática extrema que se verá en Venecia en Venice Factory (desde el 15 de febrero), una sala que apuesta por la máxima vanguardia, esa a la que también llega Martín, aunque, curioso, confiese que hacer esas obras de máximo riesgo no suponen el grueso de su obra.

Vive en Madrid, pero frecuenta su León, y por eso es posible escuchar su análisis en directo: «Mis inspiraciones son la violencia, la tecnología y la pornografía», relata, y ya da pie a la objeción que sirve para que de alguna forma de pinceladas de su filosofía. «No entro en debates. Puede que ahora vivamos una época de más puritanismo, pero pienso que eso ha pasado en otros periodos de la Historia. No entro en debates bizantinos sobre si es pornografía o erotismo. En realidad, solo dos de mis libros son pasados de rosca», asegura, en referencia a Psicopatías sexuales y Snuff 2000 .

Tal vez, declaraciones así podrían decepcionar a algunos de sus devotos, pero es que este leonés huye de militancias, de lo obvio y los lugares comunes, con total convicción.

Pero sí está claro que lo transgresor, y él sabe hacerlo, llama. «Puede ocurrir», afirma, y prosigue: «En esta exposición en Italia sí que me contactan y me piden obras extremas. Comics, ilustraciones... Bueno, yo digo: ¿Lo más extremo y pasado de rosca? ¿Seguro? Pues ahí va», cuenta, lo que confirma también su cierto escepticismo y relativismo hacia todo. Es más, otro giro sorprendente hay que dar al hablar con él y descubrir que asegura que lo que más le gusta es la música.

Quién sabe qué hubiera pasado si se hubiera dedicado a ella. Porque en su profesión, por ejemplo, en 2017, su Total Overfuck fue premiado como mejor comic europeo. Sus obras han traspasado las páginas y llegado al cine y al teatro. Y ahora, en una madurez más que bien aprovechada (con pacto con el diablo incluido, que es otra historia), también imparte talleres de enseñanza a futuros dibujantes, en Italia y España, y, por cierto, valorando a esos jóvenes en cuanto a formación y curiosidad. En su caso, su ideario artístico también coincide con esa curiosidad, porque también se desmitifica: «A mi si me hablan de denuncia o transgresión, no es lo mio. Generalmente, en los cómics quiero hacer humor», dice. Aunque luego sus dibujos, suaves y amables, inquietan. Como rebuscando el fracaso del futuro. Aunque él sería un crítico positivo. Y dispuesto a ampliar su universo creativo. Una obra del siglo X con Luis Alberto de Cuenca, o La máquina de emanación , de su cosecha, donde vale todo menos no tener imaginación. Serán próximas noticias.

tracking