Muere Lolo, el dibujante del paisanaje leonés

El 'güelo' se ha quedado huérfano. En realidad, todos los 'güelos' de León están de luto. El dibujante leonés José Manuel Redondo 'Lolo' falleció el lunes de madrugada de manera repentina a los 63 años de edad.

Actualmente ejercía su labor profesional en el periódico La Nueva Crónica tras una carrera de 40 años. Su peculiar trazo, su sarcasmo natural y el carácter de su propia imagen, entre la de un rockero y un personaje épico, le convirtieron en un toda una institución en la provincia leonesa, a la que amaba y defendía por encima de todo.

Nació en León el 5 de mayo de 1959, pero Lolo nunca perdió de vista su Fabero, tierra de minas donde se crio y a la que volvió como vecino de acogida. Siempre decía que no se sentía bien en otro lugar que no fueran las montañas de León. 

En León, el hombre de negro no era un burócrata, sino un profesional del humor. La libertad, en la vida y en la creación, fue siempre su bandera.

En el colegio suspendió dibujo, pero siguió “haciendo garabatos”. “Me dedicaba a 'entozinar' los libros”, decía. La hoja parroquial de San Francisco de la Vega fue su primer contacto con la prensa. Creó infinidad de personajes -entre ellos, Tulio, un homenaje a su hijo-, pero, al final, él acabó siendo el mejor personaje.

De negro, con pelo largo y gafas oscuras, que ocultaban unos hermosos ojos verdes y una profunda timidez, explicaba que no era “un triste”; todo lo contrario, era un soñador y un irremediable optimista. Era un gran defensor de lo leonés, de ahí que militara unos años “de forma accidental” -confesaba- en la UPL.

Más que un político fue un paladín de causas justas, como su defensa numantina de la minería, por su origen gordonés y sus vínculos sentimentales con Fabero. Con la democracia llegaron publicaciones prohibidas hasta entonces, muchas desde Estados Unidos.

Lolo, acostumbrado a 'El capitán Trueno' y 'Mortadelo', se dio cuenta de que los cómics se parecían mucho a los dibujos que él hacía. Fue entonces cuando supo a qué quería dedicarse. Había empezado la carrera de Biología, pero a él le interesaba más la fauna de la calle y las historias convulsas de un país que iniciaba la senda de la democracia. Su formación siempre fue autodidacta.

Empezó a trabajar en Diario de León en 1981. Sus tiras se convirtieron muy pronto en verdaderos editoriales. En 1984 reunió las viñetas de ese año en el libro 'El año que reímos peligrosamente'. En 1986 abandonó este periódico y comenzó una nueva andadura en la desaparecida Crónica de León.

También colaboraría después con 'Diario 16 de Burgos', 'La Nueva Crónica de León' y en distintas publicaciones como Subterfuge (Madrid), Self Acceptance (Texas, USA), Ark (Reino Unido).

Coeditor de la revista de Cómic “Grasilla” (León) ) ha sido galardonado con varios premios, sus obras han sido expuestas en numerosas ocasiones y ha publicado diversos libros, como Aldefonsus Imperator, cómic que narra la vida de Alfonso VII. Divertido, amable y combativo, prestó su talento y sus dibujos a todas aquellas causas que él consideraba justas.

Además de la prensa, uno de sus mayores placeres era recorrer la provincia de León con sus talleres, a los que acudían niños y mayores que admiraban su ironía y su defensa incontestable de León.

Participó en varias tertulias de radio, impartió talleres de dibujo, hizo algunas incursiones en publicidad y dejó numerosos murales en la provincia. La Diputación de León y el Ayuntamiento mostraban a través de twitter sus condolencias. También la UPL y el PP han remitido notas de pésame.

Lolo también tuvo su vertiente política. Entre 1995 y 1999, en el segundo mandato de la UPL, formo parte del grupo municipal leonesista en el Ayuntamiento de León, junto a José María Rodríguez De Francisco, Luis Herrero Rubinat, Luis Blanco, Joaquín García Díez y Abel Pardo. 

No tuvo responsabilidad de gobierno, ni siquiera fue llave en esa corporación en la que el PP alcanzó la mayoría.

Cumplidos los cuatro años, un poco desencantado de la experiencia, declinó la posibilidad de ir de nuevo en las listas en las que la UPL alcanzaría su techo al lograr 7 ediles.

Desde Unión del Pueblo Leonés, tras conocer la triste noticia del fallecimiento de Lolo ha querido trasladar en primer lugar su más sentido pésame a la familia y amigos, "por el inmenso vacío que deja su pérdida", señala la formación en un comunicado.

"Deja un hueco enorme, León y la cultura leonesa pierden parte de su alma hoy", añade. "Se nos ha ido uno de los mayores talentos y artistas que ha dado León, un hombre siempre comprometido con la defensa de su tierra y que con sus viñetas ha sido capaz de despertar en nosotros esos sentimientos de risa y de crítica con su característica mordaz ironía que nos ha arrancado ese aspecto crítico", continúa el comunicado de UPL.

"Artista, leonesista, humorista y gran persona, se nos va un referente en el mundo de la cultura, azote de ajenos y propios, siempre con la ironía en el lápiz y su tierra en el corazón".  

Por su parte, el alcalde de León, José  Antonio Diez, reveló que "ha sido un golpe durísimo para todo los leoneses". "Era un gran profesional y sobre todo un gran defensor de León y todo lo que significa. Era una persona entrañable", declaró.

La capilla ardiente de Lolo se instalará en el tanatorio de Eras de Renueva en León.