Arte
Nevsky y Horacio Fernández hacen dueto en León
La galería Alemi acoge las exposiciones ‘Angelorum’ y ‘Notas personales’
Detalle de una obra de Rodrigo Nevsky. DL
Rodrigo Nevsky y Horacio Fernández son la nueva apuesta de la galería leonesa Alemi, donde exponen Angelorum y Notas personales , respectivamente.
Angelorum es un proyecto que surge como colofón de los años de estudio universitario del artista chileno Rodrigo Nevsky (Santiago de Chile, 1964) presentándolo como trabajo final en 1995. A pesar del tiempo transcurrido, esta serie no ha perdido vigencia alguna ya que trata un tema sumamente delicado y durante largos años censurado.
Inspirado por la Sinfonía de Cuna , del antipoeta Nicanor Parra y por los relatos donde se narraban los abusos llevados a cabo por sacerdotes sobre jóvenes, plantea composiciones etéreas en las que «comparezcan imágenes de obispo, ángeles y almas humanas los que habitando un espacio armonioso de nubes y columnas y otros elementos celestiales son la base para una reflexión en torno al poder de la iglesia y el abuso frente a la existencia humana», como explica el propio artista. Con una ejecución sumamente experimental y sugerente el artista pretende abrir los ojos del espectador y mostrar un reflejo de la sociedad chilena de finales del siglo XX. Obras en las que no sabemos a ciencia cierta si nos encontramos ante una escena celestial o infernal.
En Notas personales , de Horacio Fernández, nos encontramos ante una exposición íntima, un diálogo que se ejecuta en dos niveles. El primero, entre la obra y el artista. Una relación intensa que trasciende la realidad y persigue materializar, a golpe de brocha y una vitalidad desbordante, lo indecible. En ese dar cuerpo a lo inaprensible, Horacio Fernández (Santiago de Chile, 1960), aprovecha todas las capacidades expresivas propias del lenguaje abstracto para dejar constancia de lo vivido, lo recordado e, incluso, lo deseado.
Notas personales colgadas en las paredes de la galería de arte Alemi, y que se presentan ante nuestros ojos como objetos con vida propia, demandando nuestra curiosidad al proponernos un enigma. Resolverlo es nuestra tarea y es en este segundo nivel de diálogo, entre la obra y el espectador en el que el carácter evocador del trabajo de este artista chileno cobra relevancia.