Las obras de San Isidoro se demoran ‘sine die’, pero el museo abre hoy

El Museo de San Isidoro reabre hoy sus puertas después de meses cerrado a causa de la pandemia. Sin embargo, lo hará con los espacios de siempre, ya que los retrasos originados por el Covid-19 han impedido que los trabajos finalizaran el verano pasado. El horario será de martes a sábado de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas, y el domingo de 10 a 14 horas. Los visitantes podrán admirar, no obstante, las tumbas de los reyes de León, los frescos, el claustro en que nació el Parlamentarismo, las piezas de orfebrería medieval o el cáliz de doña Urraca que recientes estudios vinculan con el Santo Grial.

Plan de Isidro Bango

Para contemplar la remodelación museística patrocinada por la fundación Montemadrid y el Cabildo habrá que esperar aún. Y es que, según admite la directora del museo, Raquel Jaén, las dilaciones con los envíos han retrasado toda la cadena y hasta que todo el trabajo arqueológico y la propia obra no esté finalizada, el profesor Isidro Bango no podrá concluir el proyecto museológico de San Isidoro. Lo que sí ha adelantado la directora es que podrán verse los restos encontrados del palacio primigenio, el de Fernando I y Sancha, uno de los grandes misterios que el templo esconde bajo sus ‘catacumbas’.

En una de sus investigaciones, el historiador del arte y arqueólogo Gerardo Boto, explica que la cámara de doña Sancha tiene una tribuna regia y que ésta debía comunicarse con una zona residencial. Además, hay que recordar que desde la librería del museo puede verse una puerta cegada que daría acceso a cámaras áulicas. El historiador destaca que el atrio esconde los elementos que podrían dar luz acerca de cómo eran los palacios reales. León ha contado con cuatro palacios reales: el de Ordoño (construido sobre las termas romanas y hoy bajo la Catedral), el de palat del Rey, el de San Isidoro y el de Enrique II de Trastámara. éste último comenzaba en La Rúa y se prolongaba a través del Gobierno Militar hasta las Concepcionistas.

En las excavaciones que durante estos años se han llevado a cabo salieron a la luz buena parte de los 2.000 años de historia de este enclave, desde época romana a las construcciones civiles y religiosas que representaron el centro de poder del Reino.

Un ejemplo son los urinarios de la torre del Gallo, que se van a conservar. La reforma triplicará el espacio expositivo (de 1.200 a 3.200 metros cuadrados) y se abrirán estancias que no formaban parte hasta ahora de la visita al museo, como la escalera renacentista, el adarve de la muralla, la torre o las galerías altas del claustro Fonseca. Más salas —sin barreras arquitectónicas— que permitirán mostrar obras de arte que no se exhibían ahora por falta de sitio, como el ajuar funerario de la infanta Doña María o el Pendón de Baeza, que previsiblemente se enseñará en la capilla más enigmática y secreta de la colegiata, la de la Magdalena, que no se ha abierto nunca al público.

Templo a Mercurio

El abad Antonio Viñayo creía que bajo San Isidoro yacen los cimientos de un templo consagrado a Mercurio. En su obra Real Colegiata de San Isidoro de León el abad destacaba que en 1971 comenzó la renovación del suelo de la Basílica... «Fue preciso desescombrar todo el recinto y se aprovechó la ocasión para hacer estudios en el subsuelo, que llevó a cabo el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, dando por resultado el descubrimiento de muros romanos, así como los cimientos de la iglesia de los reyes, Fernando I y Sancha», explica. De hecho, Diario de León publicó los planos realizados por los arqueólogos alemanes en los que sedefendían que el panteón real pudo haber sido una capilla palatina.

Fotografías de los restos arqueológicos descubiertos por las catas realizadas por la Fundación Montemadrid y que no podrán verse hasta que se termine el proyecto museológico. RAMIRO