CULTURA
Un bisabuelo de leyenda
Descendientes méxicanos y españoles del político leonés Miguel Morán asisten hoy a la colocación de una placa en memoria de uno de los personajes más fascinantes del siglo XIX.
Daniel Chávez Morán y su esposa Jeanette han auspiciado la colocación de una placa en memoria del político leonés Miguel Morán.
Miguel Morán González (1820-1903) seguiría siendo un desconocido en su León natal si Delia Chávez Morán no hubiera viajado desde México para conocer el origen de su familia. Fue así como descubrió una placa rota con el nombre de su antepasado en el número 4 de la calle Regidores.
Un siglo después de que falleciera uno de los políticos leoneses más lúcidos, presidente de la Sociedad de Amigos del País, concejal, diputado provincial, diputado en Cortes y republicano fiel a las tesis de Emilio Castelar, sus numerosos descendientes españoles y mexicanos se reúnen hoy en el mismo lugar donde en 1905 se colocó una placa, sufraga por suscripción popular, para no olvidar a uno de los leoneses más activos política y empresarialmente de aquella época. El portal de la conocida casa Alfageme lucirá desde hoy una nueva plancha de mármol en memoria de Miguel Morán. No es sólo un acto de nostalgia y de justicia histórica. La familia mexicana de Miguel Morán tiene decidido convertir en leyenda al bisabuelo.
Si el político leonés fue un visionario en su tiempo, su biznieto, el ingeniero Daniel Chávez Morán, ha construido un imperio hotelero en el país azteca, con más de 10.000 habitaciones y 12.000 empleados. Propietario de algunos de los mejores centros turísticos de México, tanto en la costa del Pacífico como en la Riviera Maya, creó en 2005 la Fundación Delia Morán en homenaje a su madre, una maestra que también creó escuela en su país.
Chávez, hombre discreto cuyas apariciones en prensa son contadas, es uno de los empresarios que figura habitualmente en la lista Forbes. Uno de sus últimos proyectos es un acuerdo con el Cirque du Soleil para la construcción de un parque temático dedicado a la conocida compañía y ubicado en la Riviera Maya. Desde hace tres años posee un aeropuerto internacional en Puerto Peñasco. Asimismo creó la Fundación Grupo Vidanta en el 2005, que tiene como principal objetivo la promoción de la ciencia y la cultura.
La Fundación Delia Morán se dedica a la construcción de escuelas de apoyo educativo para niños con escasos recursos. Su presidenta, Jeanette Chávez, esposa del empresario hotelero, explica que su objetivo es crear un centro educativo en cada uno de los enclaves en los que poseen resorts turísticos. No descarta futuras colaboraciones en León con alguna organización como Unicef.
Jeanette Chávez recuerda que el 15% de los niños en México no asiste a la escuela, dos mueren cada día y seis de cada diez sufren maltrato. La Fundación Delia Morán imparte programas y asignaturas complementarias a la escuela «para que los niños aprendan a forjar su carácter jugando». Cada aula en la que se imparte una de estas disciplinas está asociada a «un héroe de carne y hueso». La clase de cine lleva el nombre de John Ford; la de literatura, recuerda a Octavio Paz; y, próximamente, los niños de la fundación conocerán también a Miguel Morán González, como ejemplo de político y emprendedor.
De momento, los descendientes mexicanos han conseguido rescatar la historia de uno de los personajes más singulares del León del siglo XIX. No hay otros proyectos de inmediato, pero la familia parece decidida a que la colocación de la placa sea sólo un primer paso.