Diario de León

Balonmano | Liga Asobal

El Abanca Ademar León mete la directa en Irún

El conjunto leonés logra un triunfo capital en Artaleku que le aleja del descenso (26-27) Una parada salvadora de Panos en los últimos segundos evitó el empate del Bidasoa  

El Abanca Ademar completó un partido muy serio ante Bidasoa Irún en Artaleku que se decantó a favor de los de Manolo Cadenas en los segundos finales. F. DE LA HERA

El Abanca Ademar completó un partido muy serio ante Bidasoa Irún en Artaleku que se decantó a favor de los de Manolo Cadenas en los segundos finales. F. DE LA HERA

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Lo que importan los estados de ánimo en un equipo (26-27). El mismo Abanca Ademar que no hace ni un mes coqueteaba con el descenso peligrosamente, mira hoy la clasificación y Europa le queda ya a un solo punto. No, de momento nadie se atreve a mentar si quiera la posibilidad real de terminar entre los cinco primeros pero, vista la velocidad de crucero que han tomado los de Manolo Cadenas, al menos conviene tenerlo en mente, por si acaso. Y es que la victoria de ayer ante Bidasoa Irún —otra vez con épica y gesta bajo palos en el último suspiro como ocurriera en Logroño— aleja a los leoneses de la parte baja de la clasificación y certifica que los pupilos del de Valdevimbre ya han aprendido lo que es competir en Asobal.

Ademar asaltó Artaleku desde la defensa , con ciertos errores aún por corregir sí, pero convencidos de que solo a través del compromiso colectivo conseguirán recoger más frutos. Por el momento llevan cuatro triunfos consecutivos —la mejor racha de la temporada— y cinco en las seis jornadas de la segunda vuelta que se han disputado hasta la fecha. La suerte que tantas veces les faltó hace unos meses, les acompaña ahora también. Aunque, como suele decirse, la suerte hay que buscarla y ante los irundarras apareció en el momento justo. Después de tres minutos finales fantásticos de Papantanopoulos, los maristas marcaron el 26-27 que al menos aseguraba un punto. Quedaban poco más de veinte segundos para el final y de nuevo, tras una buena defensa de los leoneses, fue el portero griego —la última vez fue cosa de Bomastar— quien detenía el último lanzamiento de los de Cuétara desatando la locura en una plantilla que ha metido la directa.

Máxima igualdad

El partido pudo caer de cualquier lado, Ademar dominó claramente la primera parte pero, después del descanso, las fuerzas se igualaron e incluso Bidasoa se puso tres arriba a los diez minutos. Y ahí está una de las claves de esta resurrección de los de Cadenas, que ya no se deshacen cual azucarillo cuando las cosas se ponen feas sino que son capaces de reengancharse e incluso de imponer su juego.

Abanca Ademar estaba generando muchos problemas a los irundarras desde el comienzo. Con la portería muy acertada, una defensa 5-1 que no fallaba y un ataque rápido y agresivo, los de Manolo Cadenas no bajaban el ritmo y acorralaban al rival con un parcial de 0-4 que les ponía con 5-9 —máxima del duelo— en el marcador a falta de poco más de 14 minutos para el descanso. No le quedaba otra a Jacobo Cuétara que pedir tiempo muerto. A la vuelta Bidasoa apostó por abrir a los extremos para tratar de hacer daño a su rival. Y lo conseguía. Bidasoa se apoyó en el gran acierto de Ledo bajo palos para recortar diferencias en el electrónico e irse al descanso con solo un gol de desventaja (13-14).

Seguía creciendo el conjunto irundarra, que en el inicio de la segunda parte conseguía dar la vuelta al marcador (17-15, minuto 36). Sin embargo, el Ademar no se arrugaba y conseguía mantener la calma e igualaba de nuevo el marcador (17-17). Pero lo cierto era que el equipo local estaba haciendo sufrir a los leoneses, castigando cada pequeño error y aprovechando cualquier resquicio para marcar en un choque muy disputado y que seguía teniendo un ritmo infernal (21-18).

Optaba Cadenas por un cambio en la portería y daba entrada a Papantonopoulos a falta de 20 minutos para el final. Mientras, el preparador local daba descanso a sus titulares coincidiendo con una inferioridad numérica, lo que aprovechaba el equipo leonés para igualar el marcador (21-21). Pero Ledo seguía intratable bajo palos e impedía que los ademaristas culminasen su remontada (22-21, minuto 46).

A partir de ahí el partido entraba en una fase de auténtico toma y daca, idas y venidas, igualdad absoluta en la pista. Eran minutos de nervios y decisiones polémicas de los colegiados, que enfadaron a los dos equipos. Pero, árbitros aparte, el duelo seguía siendo de infarto y, con el público levantado, se llegaba al último minuto de partido con empate a 26 en el marcador. Quizá hubiese sido lo más justo el empate, pero Abanca Ademar quería el triunfo y Manolo Cadenas y los suyos supieron hacerlo a la perfección. Paraba el partido el técnico de los leoneses a 38 segundos para el final para marcar la jugada. Había que intentar marcar y no dejar jugar a Bidasoa. Lo hicieron a la perfección los suyos. Virbauskas no fallaba y adelantaba a los ademaristas y ya casi sobre la bocina Papantonopoulos tampoco lo hizo.

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