Estructura fallida y desorden
Ayer pudimos presenciar un partido con dos equipos totalmente diferenciados en la propuesta de juego. La Cultural cambiaba estructura y plan de partido habitual para volver a un bloque más bajo sin balón y la búsqueda de los espacios tras robo. Por su parte los madrileños plantearon un partido con dos ideas muy claras a nivel general, con el balón generando constantemente superioridades tres contra dos en el inicio de juego con Salama incrustado entre centrales y superando siempre a la línea de dos delanteros del equipo leonés que no eran capaces de impedir pase a la siguiente altura de juego con hombre libre. Sin el balón los visitantes también plantearon una idea valiente, situando la línea de presión muy alta tratando de impedir la salida limpia de juego al equipo leonés, que no tuvo los recursos necesarios a nivel táctico ni estructural para contrarrestar la superioridad de los visitantes.
Como decíamos los leoneses variaban su estructura habitual de 1-4-3-3, a un 1-4-4-2 que a su vez también implicaba un cambio en la idea de juego. El equipo se replegó en campo propio salvo en reinicios de juego, con la idea de proteger zonas interiores y de robar para correr en transiciones. Con este sistema y plan de juego el equipo no se encuentra cómodo, ya lo pudimos apreciar en la jornada contra el Alcorcón. El gol leonés, en una buena acción de centro lateral de Solís sobre Alarcón fue en una acción aislada que nada estaba teniendo que ver con la realidad del juego. Y es que el equipo estaba tremendamente hundido en campo propio, como muestra el gol del empate de Néstor Albiach en el que, tras remate en el punto de penalti ante pase raso desde el lado izquierdo, varios jugadores leoneses se encontraban por detrás de dicho balón en área propia. El segundo gol visitante se da tras un robo en pase horizontal de Muguruza, que Mario aprovecha para asistir a David en un buen movimiento de ruptura en vertical. En el tercer gol se dan varios errores, el primero de Alarcón, que no defiende adecuadamente un cambio de orientación y Néstor Albiach lo aprovechó para de nuevo, ante el hundimiento en área propia de la defensa local, encontrar a Mario llegando sobre espacio interior para cruzarla y anotar.
A partir de ahí acumulación de jugadores de ataque y desorden táctico que impidió al equipo encontrar soluciones ni argumentos para poder generar dificultades al rival.