Diario de León

la oferta para los turistas moteros

A León sobre dos ruedas

Tres provincias en moto. Comienza en la localidad burgalesa de Atapuerca y concluye en el Bierzo. Es un recorrido por tres provincias de Castilla y León diseñado para los amantes de las dos ruedas. Casas rurales, restaurantes y monumentos esperan a los moteros.

Publicado por
Nuria González
León

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Recorrer de punta a punta la provincia leonesa sobre dos ruedas es el objetivo de una de las cuatro grandes rutas moteras que ha diseñado la Junta de Castilla y León. Se trata de itinerarios que atraviesan las nueve provincias de la Comunidad, sus monumentos, sus tradiciones y su gastronomía. La ruta entre Atapuerca y Ponferrada se divide en tres etapas que transcurren por las provincias de Burgos, Palencia y León, de este a oeste de Castilla y León, y recorre más de una treintena de localidades de las tres provincias. Una sugerencia que pretende aprovechar al máximo los recursos turístico atrayendo al turismo del motor.

La primera etapa une los Yacimientos de Atapuerca (Burgos) con Carrión de los Condes (Palencia), tras recorrer 115 kilómetros por Burgos, Cabia, Estepar, Castellanos de Castro, Castrojeriz, Itero del Castillo, Boadilla del Camino, Frómista y Villalcazar de Sirga. El punto de partida está en los en los Yacimientos Arqueológicos de la Sierra de Atapuerca, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. El recorrido continua hasta llegar a Burgos, una buena ocasión para conocer su importante patrimonio artístico. Es el caso de la Catedral, la Cartuja de Miraflores, el Monasterio de Huelgas Reales o la Colina del Castillo. Las siguientes localidades del recorrido albergan castillos señoriales que han sido rehabilitados para diferentes usos hoteleros. Siguiendo el Camino de Santiago se llegará hasta Castrojeriz, donde destaca su conjunto histórico artístico que recibe al peregrino y motero. Continúa la ruta por tierras jacobeas hacia Itero del Castillo (Torre de Itero del s. XV) y desde allí, pasando por Boadilla del Camino, la siguiente parada será Frómista. En esta localidad, hay que visitar la iglesia de San Martín como ejemplo de arquitectura religiosa románica del Camino. El trayecto sigue por Población de Campos, Revenga de Campos y Villarmentero de Campos. La última parada del día está en Carrión de los Condes Su edificio más emblemático es el Monasterio de San Zoilo, hoy convertido en alojamiento hotelero y un lugar ideal para descansar y retomar el camino al día siguiente.

La segunda etapa, de 140 kilómetros, unirá esta localidad palentina con León, buena parte de ella por la Ruta Jacobea. La primera parada será Cervatos de la Cueza. Desde Villada y pasando por Grajal de Campos, el camino continua hasta entrar en la provincia de León por Sahagún, punto neurálgico del Camino de Santiago, enclavado en Tierra de Campos, entre los ríos Esla y Valderaduey. La entrada a la villa se produce a través del Arco del Triunfo o de San Benito. Imprescindible contemplar su arte mudéjar y el Santuario de La Peregrina. A la hora de comer, lo mejor será elegir alguno de los restaurantes de Valencia de Don Juan, donde hay que visitar su castillo, para degustar el bacalao al ajo arriero, aunque antes se podrá probar el vino de algunas de las localidades de la comarca vitivinícola de Tierra de León. Es el caso de Gordaliza del Pino y Castrovega de Valmadrigal. El recorrido llega a Palanquinos y de aquí a Mansilla de las Mulas, una ocasión perfecta para conocer su patrimonio artístico tan destacado. Este día concluirá en la capital leonesa, dónde hay que visitar el Musac, su catedral, la Basílica de San Isidoro o San Marcos y, por supuesto, tapear por el Barrio Húmedo para reponer fuerzas.

La tercera y última etapa une León con Ponferrada, con unos 110 kilómetros. Carrizo de la Ribera, pasando por San Andrés del Rabanedo y Montejos del Camino, será la primera parada para conocer el Monasterio de Santa María de Carrizo. Después, hay que detenerse en Hospital de Órbigo, dónde se atravesará el Puente del Paso Honroso, famoso por las Justas Medievales que cada año se celebran en junio. La ruta retoma la senda jacobea para llegar hasta Astorga, encrucijada de caminos y conjunto histórico artístico entre el Camino de Santiago y la Vía de la Plata. La ciudad posee una catedral imponente y el Palacio Episcopal, obra de Gaudí, que alberga el Museo de los Caminos. Una de las mayores curiosidades que proporciona la visita a Astorga es conocer el antiguo entramado de cloacas y alcantarillado de época romana y que debido a su altura (algunos tramos poseen hasta 1’80 m) pueden ser recorridos por el turista.

Concluida la visita a Astorga, sin antes comprar sus conocidas y deliciosas mantecadas, sus hojaldres artesanales y su exquisito chocolate, los viajeros tendrán su siguiente destino en Castrillo de los Polvazares, el lugar ideal para degustar el tradicional cocido maragato. Tras la comida y el reposo, el viaje continua por Rabanal del Camino y Foncebadón, un símbolo del Camino de Santiago.

No menos importante será la escala siguiente: Molinaseca. Una localidad que requiere un paseo tranquilo por sus calles para contemplar su pasado medieval, sus casas blasonadas que conservan la tipología arquitectónica de la zona y monumentos jacobeos como el crucero de piedra en la plaza Mayor, cuya escalinata ha sido y será lugar de descanso para cientos de peregrinos. El último destino del recorrido se sitúa en Ponferrada, junto al Castillo de los Templarios. Aquí también se visitará la Basílica de Nuestra Señora de la Encina, la barroca iglesia de San Andrés, el Convento de las Concepcionistas y la Capilla del Carmen. La gastronomía es otro de sus atractivos: el vino, el botillo, las manzanas reineta, el pimiento asado, las castañas o las cerezas.

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