Diario de León

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El molino de Villar, la joya etnográfica de Cabrera Alta

-Villar del Monte suma a su conjunto histórico, arquitectónico y paisajístico un nuevo atractivo. El molino hidráulico de ‘rodiezmo’ (rodezno) acaba de ser restaurado. El sábado 5 de agosto se inaugura con misa, música y parva

León

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No sabemos si leyenda o realidad, cuentan que en el molino de la losa, un hombre fue con un lobo que tenía domesticado y su perro. El hombre dejó al perro fuera del molino y al lobo lo metió dentro y el animal, al verse encerrado, mató al señor. Esta historia se la contó a Teresa su madre Asunción González Peique.

Con la restauración del molino de Villar del Monte han resucitado leyendas y coplas como la que recordaba Francisca González González, ya fallecida: «A las puertas del molino / Me puse a considerar/ Las vueltas que da la rueda /Y las que tiene que dar». O esta otra: Molino que está moliendo /El trigo con tanto afán / Tú estás haciendo la harina / Y otros se comen el pan».

La recuperación del molino, propiedad de la Junta Vecinal, para el patrimonio etnográfico de Villar del Monte empezó en 2016 con fondos de la extinta Asociación de Protección del Patrimonio de Cabrera fundada por la añorada Concha Casado. Con 7.804 euros se arregló el tejado. En 2022, gracias a una ayuda de 8.736,01 euros de la Diputación de León, a través del Instituto Leonés de Cultura, y los 2.850 de la Asociación Villar del Monte: vida, cultura y tradiciones, se ha realizado la restauración integral y está a punto para funcionar

«Lo primero e imprescindible ha sido desbrozar, debido a que el entorno del molino estaba lleno de zarzas, árboles y arbustos que impedía, acercarse. Ese trabajo lo realizó la Junta Vecinal con algunos vecinos y la colaboración de operarios del Ayuntamiento de Truchas», apunta Nati Villoldo. Bajo la dirección del arquitecto Javier López Sastre se ha eliminado el cemento exterior y se ha hecho el rejunte de las cuatro paredes tanto en el interior como en el exterior. Se ha reparado también la madera, sustituido la ventana, con la pintura necesaria para su conservación.

Han recuperado piconas, las piedras con las que picaba la losa cuando se desgastaba la piedra, y las pesadas muelas. «Las de piedra molían más grueso y necesitaban menos fuerza de agua para moler y se han repuesto en lugar de las de cemento que en alguna ocasión se colocaron para moler más fino y obtener harina para pan más blanco. Pero gastaban más agua». Se han colocado a la entrada del molino como adorno y hacen la función de banco. Como vestigios de otro molinos hoy desaparecidos otras piedras en Villar. Como la que hace de mesa en las cercanías de la fragua y en la plaza al lado de la fuente.

El depósito para el almacenamiento del agua se encuentra al lado del molino y se abastecía a través de tres cauces: el arroyo del Valle, el caño del pueblo y el último (hoy no funciona pero se puede observar parte del lecho en la roca) salía de una pequeña presa que había en el arroyo Sotinillos, inactivo, debido al abandono del molino durante años.

Según los testimonios recogidos entre los vecinos, se molía día y noche y por ese motivo utilizaban la ‘ladeira’, en la que contaban historietas relacionadas muchas veces con lobos muy frecuentes en esa zona. Antiguamente existía una ladeira dentro del molino, que se destruyó con el hundimiento de parte del tejado. En la parte en la que se hacía fuego se conserva una piedra antigua de molino al igual que parte de la estructura de la chimenea en su interior.

El molino, al estar alejado del pueblo, no se incluye de momento en la ruta turística por Villar del Monte que ofrece el Ayuntamiento de Truchas con guías especializados hasta septiembre. Se podrá visitar en fines de semana con cita previa.

La ruta por Villar del Monte es un viaje desde el pasado remoto de la Edad del Bronce a través del Aula Antropológica y Arqueológica que lleva también a la época romana a través de los mosaicos que realiza José Luis González. El museo del Encaje, filial del Museo del Encaje de Tordesillas, muestra este arte textil junto a tejidos e indumentaria tradicional de Cabrera, así como piezas tan singulares como el telar de cintura, el carro chillón, los ramos y los paños de ofrenda. Cuenta también con más de 80 piezas de indumentaria antigua.

En la Casa del Ayer se puede tener la experiencia de viajar a mediados del siglo XX a una casa sin luz y sin agua. Los pajares de teito, la exposición de fotografía antigua, la muestra de alfarería y el taller de instrumentos y piezas de bronce de Germán González. Fuera de la ruta está también la sala Artofil de Encaje Flamenco moderno de la belga Nadine Pawel en una casa restaurada en la plaza. Pronto se incorporará un horno espectacular y más pajares.

Contacto para la ruta: 600 35 65 70. Para el molino e información general: 649 790 543.

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