Diario de León

Adiós a Nicolás Redondo, histórico líder sindical y figura clave para impulsar la democracia

El que fuera secretario general de UGT casi dos décadas elevó a González y Guerra a la cabeza del PSOE para luego protagonizar en 1988 una de las huelgas de mayor éxito en la historia de España Madrid

MADRID, 03/01/2023.- Fotografía de archivo del 14 de diciembre de 2018 del exsecretario general del sindicato español UGT Nicolás Redondo Urbieta, que ha fallecido este martes en Madrid a los 95 años de edad. EFE/J.J. Guillén

MADRID, 03/01/2023.- Fotografía de archivo del 14 de diciembre de 2018 del exsecretario general del sindicato español UGT Nicolás Redondo Urbieta, que ha fallecido este martes en Madrid a los 95 años de edad. EFE/J.J. Guillén

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Nicolás Redondo Urbieta marcó con letras mayúsculas la historia del sindicalismo español al frente de UGT, hasta el punto de transcenderlo por su papel durante la dictadura, después la transición y finalmente las dos primeras décadas de la democracia para erigirse en uno de los personajes más importantes de España en la segunda mitad del siglo XX. Fallecido este martes por la noche a los 96 años, desde principios del nuevo siglo prefirió ocupar un discreto segundo plano consciente de que su figura aún podía dejar una alargada sombra sobre la central que tanto amó pero también que tanto esfuerzo vital le requirió.

Fue en abril de 1994, después de 18 años al frente de la Unión General de Trabajadores (UGT), cuando Nicolás Redondo pasó a ser un simple afiliado del sindicato. Depende de quién escriba la historia así será recordado el veterano líder. Pero entonces muchos militantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) respiraron tranquilos porque por fin se iba el hombre que separó al sindicato y al partido en la familia socialista. Otros, por el contrario, suspiraron con cierta nostalgia porque parecía que fuera ayer cuando en el Congreso del PSOE celebrado en Suresnes (Francia) en 1974, Nicolás Redondo promovió a Felipe González y Alfonso Guerra como secretario y vicesecretario del partido, respectivamente. Tres nombres históricos que marcaron durante décadas la historia del partido y el sindicato.

Nicolás Redondo Urbieta nació el 16 de junio de 1927 en Baracaldo (Vizcaya), en el seno de una familia de clase trabajadora, socialista y sindicalista. A los diez años fue evacuado a Francia con un grupo de niños vascos y recogido por una familia minera de origen español, con la que convivió hasta 1940. Al término de la Guerra Civil regresó a España y durante dos años cursó estudios elementales en Barcelona.

Medio siglo de militancia.

Cuando tenía 18 años ingresó en las Juventudes Socialistas y en la Unión General de Trabajadores (UGT). Entró en el mercado laboral cuando trabajaba en la Naval de Sestao, astillero en el que organizó varias huelgas, la primera de ellas en 1946.

Ya en la década de los 50 se dedicó a actividades clandestinas de organización y propaganda ugetista y durante la dictadura del general Franco fue detenido en 14 ocasiones e, incluso, mientras otros jóvenes socialistas visitaban París en 1968, él estuvo en el destierro. Durante dos meses fue enviado a Las Hurdes (Cáceres) por su manifiesta oposición a la dictadura. Su última detención tuvo lugar en 1973 y entonces el Tribunal Supremo le condenó a dos años y medio de prisión, de los que pasó cinco meses en la cárcel y el resto en libertad condicional. En 1975 se benefició de la amnistía a presos políticos.

Dos años más tarde entró a formar parte de la Comisión Ejecutiva de UGT y del PSOE y en 1976 asumió el cargo de secretario general del sindicato tras haberse negado a desempeñar el máximo liderazgo en el partido en 1974. Aquello pasó en el Congreso de Suresnes (Francia).

Desde 1976 Nicolás Redondo resultó reelegido secretario general en los sucesivos congresos de UGT celebrados en 1980, 1983, 1986 y 1990. Precisamente en este último congreso fue donde habló públicamente de su retirada, si bien no concretó nada en aquel momento, pues era de hombre de medir bastante sus palabras y elegir de forma precisa las ocasiones.

Confrontación socialista.

Durante su mandato en UGT hubo fechas claves en su relación con los dirigentes del PSOE y de los Gobiernos socialistas desde que éstos alcanzaron el poder en octubre de 1982. De hecho, desde la instauración del régimen democrático Nicolás Redondo fue elegido diputado por Bilbao hasta que en 1987 dimitió.

Sin embargo, la confrontación con sus compañeros de partido comenzó antes. Las primeras discrepancias surgieron en 1985 con la denominada Ley de reforma de las pensiones. Nicolás Redondo no estuvo de acuerdo con esta normativa que, a su juicio, reducía las percepciones de los pensionistas españoles y votó en contra en el Parlamento. Este hecho provocó la salida de José Luis Corcuera de la dirección del sindicato. Las relaciones entre Redondo y el que luego fuera ministro del Interior nunca volvieron a recomponerse.

En octubre de 1987, el secretario general de UGT, junto con el responsable de Organización de la central, presentó al presidente Felipe González su dimisión como diputado socialista. El motivo de esta decisión fue el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1988. El líder de UGT reclamaba mejoras sociales para las que se necesitaba dinero y acusó al Ejecutivo socialista de "repartir mal la tarta" en tiempos de bonanza económica.

Las desavenencias tuvieron un punto álgido meses después con la convocatoria de la primera huelga general conjunta entre UGT y Comisiones Obreras (CC OO). El 14 de diciembre de 1988 se desarrolló el paro calificado por el propio presidente del Gobierno, Felipe González, como un éxito total. Sin embargo, en un corto período de tiempo el PSOE volvió a conseguir mayoría absoluta en las urnas.

Después del paro general del 14-D llegaron el 28 de mayo de 1992 y el 27 de enero de 1994. La primera de esas fechas tuvo lugar una huelga de media jornada y la segunda de 24 horas. La interpretación de ambas movilizaciones fue distinta según la parte que la realizaba. En cualquier caso, todos estuvieron de acuerdo en que ninguna de las dos fue semejante al 14-D.

Errores finales

Precisamente ya había anunciado su retirada cuando se convocó la huelga del 27 de enero. El anuncio del nuevo paro prolongó el dilema de la sucesión y del candidato para dirigir el sindicato tras su marcha. En UGT existía un fuerte respeto hacia su máximo responsable, lo que no impidió que la mayoría de los delegados considerase en aquel momento que Nicolás Redondo no planeó adecuadamente su jubilación, de manera que se levantaron innecesarias ampollas entre unos y otros, con heridas que tardarán tiempo en cicatrizar. Finalmente le relevó Cándido Méndez, quien estuvo al frente de la central hasta dar el relevo en 2016 a Pepe Álvarez, pero esa es ya otra historia.

El largo período de Nicolás Redondo al frente de UGT también tuvo sus sombras. Así, fracasó de forma rotunda en el intento de promover un sindicalismo suministrador de servicios y su entonces secretario general no supo reaccionar a tiempo. El veterano líder dijo tiempo después que si bien él no pudo hacer demasiado, fue un error dejar el desarrollo de las empresas vinculadas a la central en manos de personas incompetentes.

Un ejemplo es el conflicto de la PSV, uno de los mayores escándalos protagonizados por gestoras de cooperativas en España. La conocida como Promotora de Viviendas Sociales (PSV), auspiciada por UGT, suspendió pagos a finales de 1993 y poco después comenzó un largo calvario judicial para los 20.000 cooperativistas afectados. El sindicato llegó a ser declarado responsable civil subsidiario de una presunta estafa de más de 78 millones de euros, pero el Tribunal Supremo le eximió del pago en 2003. Fue el auténtico borrón en la vida sindical de Nicolás Redondo, tanto que le impidió tener en su momento una verdadera salida triunfal tras años y años de dedicación.

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