Los líderes socialistas ponen contra las cuerdas al ministro Alberto Garzón

Las críticas a Alberto Garzón persisten desde el PSOE y ayer varios presidentes autonómicos y dirigentes socialistas volvieron a cuestionar sus palabras sobre las macrogranjas. El más directo, el manchego Emiliano García-Page, que vinculó su «error» a «la poca carga de trabajo» del ministro de Consumo para lo que, aludiendo a un viejo dicho castellano, le acusó de «matar moscas con el rabo como el diablo cuando no tiene nada que hacer».

Le siguió el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, que a su llegada a la primera reunión socialista del año del Comité Federal —donde se le ratificó como candidato a la Junta— ahondó en la tesis de la equivocación cometida por Garzón. «No se pueden sembrar dudas generalizando sobre un sector que es muy importante», espetó.

El aragonés Javier Lambán, por su parte, ya cargó el miércoles duramente contra el titular de Consumo por unas palabras que tildó de «insensatas» y «desgraciadas». Y ayer insistió en la crítica, pidiéndole «dar un paso atrás». También se dio a conocer que su Ejecutivo autonómico tiene previsto iniciar «en un breve plazo» una campaña para promocionar la ganadería aragonesa que se realizará en distintos medios de comunicación. Comenzará en ‘The Guardian’, cabecera donde Garzón fue entrevistado y origen de la polémica. Otros líderes autonómicos, como Salvador Illa, subrayaron que las palabras del ministro fueron a título personal. Un argumento que el propio coordinador general de Izquierda Unida ya trató de desmontar al asegurar que sí hablaba como representante gubernamental. «No podría ser de otra manera tratándose de una materia que es competencia también del Ministerio de Consumo», aseveró. Algo en lo que también insistieron en Unidas Podemos, a quien esta última grieta en el Ejecutivo de coalición le llevó, a través de su portavoz parlamentario, Jaume Asens, a acusar a sus socios de una «deslealtad gravísima». «Nos han lanzado un chuletón a la cara», lamentó. Lo cierto es que varios de los episodios que más han avivado la tensión entre PSOE y Unidas Podemos han contado con el protagonismo de un ministro de Consumo que revive las críticas recibidas cuando ya recomendó reducir el consumo de carne por «perjudicar a la salud».