El presidente catalán anuncia «grandes decisiones» después de su reunión en La Moncloa

Si desde la Moncloa rebajan las expectativas de la reunión entre Mariano Rajoy y Artur Mas, el presidente catalán las alimenta. Anunció que una vez que se celebre la entrevista hará «cambios importantes» y tomará «grandes decisiones».

No especificó a qué se refería, pero hizo el comentario en respuesta a una pregunta sobre la incorporación de Esquerra Republicana a su Gobierno. Una vez que se celebre la reunión, a la que da «la máxima» importancia, «cambiarán cosas seguro», entre ellas posiblemente la entrada de los republicanos en el Ejecutivo porque hasta ahora CiU «se come los sapos» en solitario.

El hasta esta semana secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se mostró pesimista sobre los resultados del encuentro del próximo miércoles, pero instó a los dos gobernantes a que sientan «el peso de la responsabilidad» e intenten, al menos, desbloquear las relaciones y aunque no lleguen a un acuerdo sobre la consulta lo consigan en otras áreas, como la financiación de Cataluña. Un objetivo que descartó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ayer mismo. «Primero vamos a salir de la crisis» y después se abordará la financiación de las comunidades, comentó tras la reunión del Consejo de Ministros. Reconoció, no obstante, que el Gobierno no puede «poner más dinero» para las autonomías y sólo está en condiciones de aportar más «racionalidad» en el reparto de los recursos.

Mas, entretanto, dedicó unas horas a resolver los problemas de su partido tras la dimisión del secretario general, Oriol Pujol, imputado por un caso de corrupción en la adjudicación de unas estaciones de ITV. El líder nacionalista cubrió la vacante con la designación de Josep Rull como número dos de Convergencia Democrática, pero con el cargo de coordinador general para evitar tener que hacer un congreso extraordinario. Rull pertenece al sector más soberanista del partido, como Lluís Corominas, designado secretario general adjunto de CiU en sustitución del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, uno de los pocos dirigentes de Convergencia no independentista.

Con esta remodelación, que incluyó también al comité de dirección de Convergencia, los soberanistas copan los puestos de más responsabilidad en el partido, mientras que los nacionalistas clásicos se ven relegados.