Diario de León

Sánchez se reúne con Torra en Cataluña para apuntalar a ERC y retener su apoyo

El presidente de la Generalitat acude a la cita para erosionar la posición del partido de Junqueras, su gran rival

Roger Torrent conversa con el letrado mayor, Joan Ridao, antes de que arranque el pleno.

Roger Torrent conversa con el letrado mayor, Joan Ridao, antes de que arranque el pleno.

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Esquerra Republicana no tiene silla en la mesa de Pedro Sánchez y Quim Torra pero estará muy presente. El presidente del Gobierno acude a la cita de hoy para avalar la apuesta por el diálogo de los republicanos y apuntalar así sus posiciones en la pugna que mantiene con JxCat. El presidente de la Generalitat, en cambio, llega al encuentro con la intención declarada de demostrar que los acuerdos del partido que lidera Oriol Junqueras son papel mojado.

Si fuera por sus protagonistas la reunión no se celebraría. Sánchez y Torra saben que, más allá de las declaraciones de buenas intenciones, la conversación será estéril y solo servirá para salvar las formas, que dado como está el panorama político no es poco.

La desconfianza entre ambos es mutua y la empatía, nula. Pero el amago de la Moncloa para aplazar el encuentro hasta después de las elecciones catalanas desató un incendio. Esquerra puso el grito en el cielo porque quedaba desairada ante sus socios, y Sánchez rectificó. Todo lo contrario que Torra, que vio en aquel intento de postergar la reunión la demostración palpable de que los pactos de los republicanos con el PSOE para la investidura de Sánchez habían sido gratis.

Con este clima tan poco fértil para el diálogo se verán al mediodía en el Palau de la Generalitat. Torra acudirá con el mandato de Puigdemont de «no renunciar a nada» y a reclamar la celebración de un referéndum de autodeterminación y la amnistía para los líderes del procés encarcelados. Sánchez se presentará con los límites constitucionales que impiden los indultos generales y una consulta separatista.

Así las cosas, no hay punto de encuentro posible. Lo volvió a corroborar ayer la ministra portavoz: «No esperamos resultados». Pero que al menos sirva para «abrir una vía de diálogo», añadió María Jesús Montero.

LO QUE HAY QUE DEMOSTRAR

Sánchez considera que solo podrá haber avances con el Govern que surja de las urnas tras las elecciones catalanas, en el que ya no estará Torra ni su cohorte más radical y en el que es posible que la influencia de Puigdemont solo sea un recuerdo. Entretanto, se reúne con Torra para dejar en buen lugar a sus aliados de Esquerra, para acallar al escepticismo de JxCat sobre su voluntad de hablar y para demostrar que su Gobierno sí busca una solución política al conflicto en Cataluña.

El presidente catalán también considera que con Sánchez pisa tierra yerma para la secesión y pretende demostrarlo con una hoja de resultados vacía. El de hoy es uno de los últimos cartuchos en su vicariato para el fugado en Waterloo y quiere que sea la prueba definitiva de la inutilidad del diálogo «con Madrid». Que se compruebe que la única vía para la independencia de Cataluña es la de los hechos consumados, como la ensayada en octubre de 2017. Lo dice él y otros exponentes del soberanismo: «Lo volveremos a hacer».

Sánchez se presta al juego para mejorar las bazas de los republicanos en el debate soberanista, pero no por un súbito flechazo. Busca un quid pro quo y asegurarse su respaldo a los Presupuestos. En este juego de equilibrios, no quiere que su viaje a Barcelona sirva para dar a Torra el rango de interlocutor único del Gobierno. En su visita de 48 horas a la capital catalana se reunirá con la alcaldesa Ada Colau, con la presidenta de la Diputación, la socialista Nuria Marín, con organizaciones empresariales, los sindicatos UGT y CCOO, y representantes de la sociedad civil catalana, como los de Barcelona Global. «Cataluña no se limita a Torra», afirman en la Moncloa.

DILUIR LA REUNIÓN CON OTRAS

La idea es que la cita con Torra quede diluida en una sucesión de encuentros con otros actores de la vida pública catalana, y que no se trata de una cumbre presidencial. Además, Sánchez ha encajado la reunión con el presidente de la Generalitat con los encuentros que mantendrá en los próximos días con otros gobernantes autonómicos en sus sedes. Es posible que el siguiente sea el presidente de la Junta de Extremadura.

El presidente de la Generalitat no tiene capacidad para modificar la agenda del presidente del Gobierno, pero va a intentar que la cita esté rodeada de simbolismo para que se asemeje a un encuentro entre iguales. Ya trató de hacerlo en 2018, durante el encuentro entre delegaciones de ambas administraciones en el palacio de Pedralbes. Torra quiere rentabilizar para JxCat en términos electorales, aunque él no será candidato, la visita del presidente del Gobierno de España a Barcelona.

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