Diario de León

El secesionismo en pleno se conjura para «volverlo a hacer, juntos y mejor»

Jordi Cuixart reúne en la ciudad francesa de Elna al Govern y a los líderes de octubre de 2017

La plana mayor del independentismo, con Aragonès, Puigdemonty  Junqueras, en Elna. QUIQUE GARCÍA

La plana mayor del independentismo, con Aragonès, Puigdemonty Junqueras, en Elna. QUIQUE GARCÍA

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El independentismo en pleno peregrinó ayer a la localidad francesa de Elna, muy cerca de Perpiñán, para exhibir una imagen de unidad, relanzar su propia agenda del reencuentro y para comprometerse a pactar una estrategia común que culmine el proceso de secesión.

«Volveremos a hacerlo», advirtió el presidente de Omnium Cultural, casi un mes después de que el Gobierno le indultara junto a los otros ocho presos del ‘procés.

Hacía tiempo que el independentismo catalán no ofrecía una estampa de unidad tan contundente en lo que se refiere a sus dirigentes institucionales. La localidad gala, situada en lo que el soberanismo llama la Cataluña norte, acogió un acto para conmemorar el 60º aniversario del nacimiento de Omnium Cultural. No faltó casi nadie con peso específico en el movimiento independentista catalán.

A la llamada de Cuixart en Elna, lugar simbólico para el nacionalismo porque allí se escondieron las urnas del 1-O, acudieron el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, el vicepresidente, Jordi Puigneró. la presidenta del Parlament, Laura Borràs, los dirigentes que estuvieron en prisión y fueron indultados por el Gobierno (salvo Dolors Bassa) y los que aún permanecen huidos en Waterloo. También la exdiputada de la CUP, Anna Gabriel, huida en Ginebra, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, y los dirigentes de ERC, Junts y la CUP. Faltaban los expresidentes Quim Torra, Artur Mas y Jordi Pujol.

Por primera vez desde octubre de 2017, los líderes del ‘procés’ comparecieron juntos y se unieron, escenificando una continuidad estratégica, a los actuales dirigentes del Govern y del Parlament. Y por segunda vez en dos semanas, los dos pesos pesados del soberanismo, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, volvieron a coincidir y aparcaron sus enormes diferencias personales y políticas para tratar de visualizar que han firmado al menos un armisticio. Puigdemont y Junqueras llegaron juntos al acto, flanqueando a Jordi Cuixart, y subieron juntos al escenario, agarrados levemente del hombro. Pero mostraron la misma frialdad que hace diez días en Waterloo.

Todos los líderes de octubre de 2017 (presos y ‘exiliados’), además de Aragonès, Borràs y Puigneró, posaron juntos. Puigdemont y Junqueras no intervinieron, como acostumbran, para que no se aprecien las diferencias discursivas.

El único que tomó la palabra fue el presidente de Omnium Cultural, Jordi Cuixart, anfitrión del evento, que llamó a la unidad y a seguir luchando para conseguir la independencia. «Este acto de reencuentro es una victoria de la sociedad catalana, no lo rebajemos», arengó. «El Estado no quería vernos juntos, la represión busca dividirnos, de nuestra unidad está la clave de la victoria», presionó tanto a ERC como a Junts y a Puigdemont y a Junqueras.

Cuixart llamó a seguir «defendiendo con uñas y dientes» el 1-O y remató con una amenaza al Gobierno central. «Lo volveremos a hacer, lo haremos juntos y lo haremos mejor», remató.

El secesionismo compareció ayer unido, tras meses de peleas y desencuentros, pero la cohesión es muy frágil. Más allá del acuerdo para seguir gobernando juntos en el Govern, ERC y Junts continúan sin encontrar una hoja de ruta común para volver a intentar la independencia, como reclamó Cuixart. Los republicanos apuestan ahora por una etapa más pragmática, mientras que los posconvergentes aún mantienen la retórica unilateralista, encastrados en ella.

Cuixart apuntó que el elemento que puede servir para desencallar una estrategia unitaria basada en la desobediencia y la lucha no violenta.

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