Diario de León

Ciencia. Más tecnología en un tomate que el iPhone

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Pilar Salas | Madrid
León

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Nunca ha habido más mitos en torno a la comida. Por eso el doctor en Bioquímica J.M. Mulet se ha propuesto desmontarlos con argumentos científicos en ‘Comer sin miedo’, donde defiende los transgénicos, los conservantes y la tecnología que ha permitido que la seguridad alimentaria alcance sus mayores cotas.

«La comida natural es un mito. Toda es fruto de la selección artificial, la mejora genética y la tecnología. En un tomate hay más tecnología que en un iPhone 5 y además es más barata», sostiene el autor, quien recuerda que «no hay nada natural porque la naturaleza no da de comer, sino la agricultura y la ganadería».

Sin embargo, natural, antioxidante y ecológico se han convertido en palabras fetiches para impulsar ventas, y transgénico en su antagonista, al menos en Europa. Ante estas modas, Mulet asevera que es «absolutamente imposible vivir sin transgénicos».

«No los comemos pero están en la ropa, en la mayoría de los medicamentos, en muchas enzimas que se utilizan en la industria», dice.

Y llegarán al estómago, augura. «En el laboratorio hay tomates ricos en antioxidantes, trigo apto para celíacos, carne con menos colesterol... Y es cuestión de unos pocos años que salgan al mercado. Cuando la gente vea las ventajas que le aportan, la percepción tiene que cambiar, entre otras cosas porque si no Europa se va a quedar aislada tecnológicamente».

Porque no todo lo natural es bueno, defiende en ‘Comer sin miedo’ (Destino). «Las amanitas faloides, el veneno de serpiente y la toxina botulínica son muy naturales».

También habla sobre algunas «falacias» que rodean a la agricultura ecológica, a la que acusa de «falta de rigor científico».

«Agricultura y ecología son dos términos antagónicos, como un político español honrado, porque la agricultura siempre tiene un impacto ambiental e introduce plantas cultivables cargándose el equilibrio ecológico de un terreno», avisa.

«Me parece bien que se compren productos ecológicos, pero que sepan lo que están comprando. En España, según las encuestas, la mayoría de sus consumidores dicen que es por cuestión de salud pero no hay ningún dato científico que lo corrobore. Los nutrientes son los mismos», añade.

Si es por recuperar sabores perdidos, reta a hacer una cata a ciegas entre un tomate ecológico y otro convencional para darse cuenta de que «no hay mucha diferencia de sabor», o de la carne de una «gallina feliz» criada en el campo y otra en una jaula para llegar a la misma conclusión.

Apunta un dato revelador: el color anaranjado de la carne de los pollos de corral se debe a una mayor cantidad de carotenos en el pienso.

Tan convencido está de que la tecnología es y será positiva para el sector alimentario, que sostiene que constituye uno de los pilares para acabar con el hambre en el mundo en el futuro, aunque habría que sumar «control demográfico y control político».

La polémica está servida.

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