Diario de León

El control del Senado y si queda en el poder de Biden o Trump lo decide Georgia

Un grupo de niños con carteles pidiendo el voto en Georgia. ERIK S. LESSER

Un grupo de niños con carteles pidiendo el voto en Georgia. ERIK S. LESSER

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A la campaña para la segunda vuelta de las cruciales elecciones en Georgia, que determinarán los dos escaños del Senado que podrían certificar la perdida de poder por parte del Partido Republicano, no le ha faltado intensidad en su último fin de semana. Ocho semanas después de la épica victoria de Biden por menos de 12.000 votos nadie está tranquilo sobre lo que pueda pasar el martes.

Los demócratas necesitan hacerse con ambos escaños solo para empatar (50-50) con los republicanos. El voto de desempate de la futura vicepresidenta, Kamala Harris, arrebataría el control del Senado a los republicanos, asegurando una presidencia viable a Joe Biden.

La llave del triunfo demócrata en esta intrincada elección vuelve a recaer en Stacey Abrams, la arquitecta de la victoria de Biden en Georgia y al frente de la única organización capaz de combatir la supresión del voto siempre propugnada por los republicanos. La presión para repetir el patrón de noviembre no es poca. La prestigiosa abogada y su organización Fair Fight son el corazón y el motor de esta contienda, a la que proveen de una base estratégica, un músculo legal ágil y unos vínculos únicos con las diferentes comunidades. Con una ubicua presencia en múltiples frentes, Abrams trata de aprovechar la renovada popularidad que últimamente recae en su figura política para mantener el ‘momentum’ de las presidenciales maximizando su visibilidad en medios y campaña.

Han sido semanas repletas de intensa movilización del voto, de respuesta legal rápida a los agresivos intentos de Trump de anular la victoria presidencial demócrata en un Estado que ha certificado la victoria de Biden tres veces ya. De incesante vigilancia para bloquear judicialmente los usuales intentos de supresión de voto del propio gobierno de Georgia, además de los incontables actos de recaudación de fondos.

La pasada semana una juez federal revocó el intento de los republicanos de eliminar más de 4.000 votantes de las listas electorales y en los últimos días se han desafiado en los tribunales los cierres repentinos de centros de votación en distritos de alta población de minorías.

Estas prácticas están tan institucionalizadas en Estados del sur como Georgia que Abrams señaló que los republicanos «dependen tanto de ellas, que no saben ganar sin la supresión de voto».

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