Los seguidores de Trump tras conocer que se presenta otra vez: «Es un elegido de Dios»
Si algo ha quedado claro de la postulación de Donald Trump como candidato por tercera vez a la Casa Blanca es que no es una estrella de rock, pero entusiama a sus fans. «Por fin volvemos a primera línea. Y esta vez saldrán todas las verdades», manifestaba Haileen Hartford, una neoyorquina de mediana edad que se acercó hasta la Torre Trump mientras el expresidente anunciaba su candidatura desde su mansión de Florida.
Allí, en el Estado del sol, con una veintena de grados más de temperatura, Stephanie Liu mostraba la misma alegría. «Es un elegido de Dios para luchar por nuestro país. Su patriotismo nos inspira a apoyarlo», decía esta mujer que había viajado desde Nueva York a Mar-a-Lago expresamente para vivir ese momento.
Trump hubiera sido un buen telepredicador capaz de llevar a sus seguidores al éxtasis. «Ahora sabemos que América está segura y verá un nuevo renacer», subrayaba con maneras épicas Ray Sotomayor, hijo de familia cubana mientras agitaba una bandera estadounidense entre la muchedumbre que se desgañitó con gritos de «América es grande».
Su volumen quedó lejos de aquellas masas enfervorizadas que acompañaron al magnate en 2016 y 202. Frente a Mar-a-Lago hubo unos cientos de convencidos y docenas de camioneros y motoristas que iban de aquí para allá con la bandera ‘Trump 2024’.
De puertas adentro de la mansión todo pareció mucho más candoroso, con la mirada puesta posiblemente en la televisión. E incluso así la conservadora Fox no ofreció el discurso íntegro y otras cadenas se lo saltaron por completo. El exmandatario habilitó el salón de baile de su residencia con una cuidada escenografía y lo llenó de familiares asesores, amigos y socios escogidos de su club de golf. Alguien, jocoso, colocó en una de las mesas un sobre cerrado con la inscripción ‘Códigos nucleares’. El humor trumpista nunca falla.
El vuelo de DeSantis En la tribuna, los responsables de la tramoya colocaron treinta y tres enseñas nacionales. Más que en una fiesta de pueblo en Wisconsin. Los invitados se sentaron en sillas doradas. Hubo aplausos constantes y gritos de alegría. Afuera, en las calles, el mismo júbilo. «A Trump por fin le será devuelto lo que le robaron», dijo un veterano, convencido de que en las elecciones de 2020 hubo fraude electoral.
No hubo atisbo de que a Trump le toque superar unas hipotéticas primarias republicanas si se presenta Ron DeSantis. Y aún así el gobernador sobrevoló la concentración, literalmente, cuando una avioneta hizo varias pasadas sobre Mar-a-Lago con la siguiente pancarta: ‘Perdiste otra vez Donald. DeSantis 2024’.
Faltaron representantes de peso del Partido Republicano. Sí estuvo Madison Cawthorn, el representante conservador más joven de la Cámara, que acaba de perder su escaño por Carolina del Norte pese al patrocinio de Trump. Cawthorn representa el estigma que le ha surgido al magnate desde las recientes elecciones intermedias. En fin, para dar animos ya estaban habituales como Roger Stone o Kash Patel, que se fotografiaron con decenas de seguidores ataviados con gorras y chaquetas de motorista. Un fiestón.