Diario de León

Así fue el juicio en la jornada de ayer

Los peritos que defienden las tesis de los acusados declaran desde hoy. RAMIRO

Los peritos que defienden las tesis de los acusados declaran desde hoy. RAMIRO

León

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Tras la declaración de los testigos peritos del Servicio de Minas de la Delegación Territorial de León, así como el que realizó el informe de las acusaciones, hoy comienza el testimonio de la larga lista de peritos y expertos por parte de las defensas de los 16 acusados por el accidente del Pozo Emilio del Valle. 

Catedráticos de Minas de la Universidad de Oviedo y de la de León, junto con el director y expertos de la Asociación para la Investigación y Desarrollo Industrial de los Recursos Naturales (Aitemin) son los citados hoy a comparecer ante el Juzgado de lo Penal 2 de León. 

En total cinco peritos testigos, a los que se sumarán otros diez peritos de las defensas. 

18.56

La jueza pregunta de nuevo por la diferencia entre fenómeno gasodinámico y desprendimiento instantáneo, y los peritos señalan que este último implica mayor destrucción del carbón. Y que la caída de bóveda no es un fenómeno gasodinámico, aunque son circunstancias que pueden producirse conjuntamente. Pregunta si este fenómeno puede producirse por presiones que se producen por la naturaleza del yacimiento, mientras en la caída de la bóveda tiene influencia la forma de explotación que se lleve a cabo. 

Los peritos descartan la caída de bóveda como causa del accidente, aunque el hundimiento puede producirse en el postaller. Este hundimiento puede desencadenar la salida de grisú, pero no consideran que libere la cantidad de grisú que salió en el accidente. 

La magistrada señala también que en el informe del perito judicial Celestino Nicieza adjunta una simulación que dice que es poco probable la caída de la bóveda. Los peritos señalan que estos modelos son "aproximaciones teóricas" de las que no se pueden sacar conclusiones en problemas como el que aquí se estudia. 

Pide que expliquen qué es explotar un taller en terreno virgen. "Supone que tienes más dificultad de conseguir que el gas encuentre otro camino de salida que no sea a través de la explotación". Pregunta también aclaraciones sobre otros aspectos técnicos de la explotación. 

Finaliza la declaración y la sesión de hoy.

17.00

Se retoma el testimonio de los peritos de Aitemin. Responden al fiscal. Señalan que la ejecución de los trabajos en el taller respondía al proyecto tipo aprobado para la empresa. Les pregunta si no había una variación de los trabajos en la planta 740 y la que se preparaba inferior que obligara a aprobar otros proyectos. Los peritos señalan que el proyecto tipo ya contemplaba la planta 740 e incluso inferiores, en el modelo de ventilación. Y hay una DIS de medidas adicionales de seguridad. Consideran que la DIS se cumplió "al pie de la letra"; y señalan que para conectar con la planta superior es necesario sutirar.

El informe de Minas habla de una bóveda no controlada, pero aseguran que "no vieron nada porque el postaller estaba completamente recebado de carbón". Aunque examinaron los libros en los que se señalaba que los trabajadores veían bóveda. "Nosotros no la vimos". Los expertos señalan que la bóveda pudo hundir pero no fue la causa del gran escape de grisú, que provenía del postaller. "Que estuviera saliendo tanto tiempo no lo genera una bóveda, eso haría un efecto pistón, pero no salida con esa fuerza durante tanto tiempo", aunque no saben de dónde pudo venir ese gas.

Comienzan las preguntas de la acusación. Sobre el organigrama de seguridad de la empresa y si correspondía al director general firmar los proyectos de seguridad o despedir a los ingenieros responsables de la seguridad.

Señalan que no necesariamente la caída de la bóveda tiene que tener consecuencias mecánicas en el taller, y que se desgasificaba, aunque el gas pudo venir de varios lugares.

El abogado les pregunta por las medidas de seguridad, por ejemplo si un vigilante tiene que estar siempre en el taller. "A mi entender la supervisión continua no quiere decir que tenga que estar allí siempre presente, puede estar en el entorno de la explotación". Protesta la defensa, porque lo preguntado no entra en la pericia de los ingenieros.

El informe explica que la dirección de la empresa se implicaba en el fomento de la cultura de la prevención y dotación de medios, pero no correspondía a los miembros del consejo de administración seguir estas funciones. 

Las acusaciones preguntan si teniendo en cuenta los valores de metano que se daban, hubiera sido adecuado que se replanteara la labor. Hay protestas de las defensas sobre la interpretación del informe y la confusión a los peritos. 

El abogado pregunta por los trabajos que han hecho los dos ingenieros con la Hullera Vasco Leonesa en los últimos años. Varios proyectos de investigación, y colaboración con Hulleras de Sabero y la propia Vasco. 

Respecto al rescate, los expertos señalan que los mineros que resultaron heridos al acudir a rescatar "no tenían que haber entrado, pero es algo humano". El abogado recuerda también que el informe recoge que en el Flanco Sur hubo una caída de bóveda que liberó 15.000 metros cúbicos de metano, y pregunta si con una bóveda tan grande en el Pozo Emilio como describe la autoridad minera no es factible la salida de 19.000 metros cúbicos. Los ingenieros no recuerdan ese hecho.

La defensa recuerda que el informe señala que no están de acuerdo con algunas de las conclusiones del perito judicial. 

16.05

La jueza hace un receso. 

14.59

Comienza la declaración conjunta de Alonso Antonio Gullón Buceta, director de Aitemin, y José Luis Fuente Cantillana Isusi, ingeniero de Minas y también director de Aitemin. Les pregunta el abogado de la defensa de los ingenieros acusados. 

El informe de Aitemin es de enero de 2016. Señalan los peritos que lo realizan también con Gullón, catedrático de Minas en Madrid. Fuente es doctor ingeniero de Minas con más de 40 años de experiencia tanto en explotaciones como al frente de Aitemin, miembro de la Comisión Nacional de Seguridad MInera, del Laboratorio Madariaga y de la Fundación Santa Bárbara de León. Entre otros cargos. Se prejubiló en el año 2000, y los últimos 3 años fue directivo de la empresa de explosivos Maxam; y que ha sido miembro de comités de expertos de la Unión Europea y de Euroacom. 

Gullón tiene "muchísimos años de experiencia minera". Comenzó en Hulleras de Sabero donde estuvo durante 20 años, "una de las minas que más grisú y riesgos de desprendimiento instantáneo tuvo". Trabajó después en la obra civil. Jubilado, se incorporó a la docencia, donde ya colaboraba en la escuela de laboreo, fue catedrático en León y titular en Madrid. Período en el que ha trabajado en muchos procesos de investigación, en los que ha seguido tras su jubilación con participación en proyectos europeos, tanto de seguridad como de explotación de carbón.

Aitemin se cerró en 2016, pero era una asociación privada sin ánimo de lucro, un centro tecnológico para minería y sectores afines. Para realizar su informe fueron contratados por la Hullera Vasco Leonesa. Tuvieron acceso a la información y visitaron el taller accidentado.  

Llegan a dos tipos de conclusiones: las causas y la seguridad en la mina. Señalan que investigaron la estructura de prevención y seguridad de la Hullera Vasco Leonesa. "Revisamos la información disponible que nos dieron, aunque teníamos conocimiento por situaciones personales sobre su trabajo en seguridad. Hemos comprobado documentalmente que todo se estaba cumpliendo. Creo firmemente que la organización era la correcta". 

Adjuntan al informe una auditoría (de Auditores del Noroeste) reglamentaria realizada en octubre de 2012. Que también concluye que no había ninguna anomalía. Sobre los proyectos de explotación y planes de labores entienden que eran adecuados y estaban aprobados correctamente. En su informe hablan del laboreo previo al accidente, avance de la galería y montaje del taller en un macizo fuertemente grisuoso.

El abogado relata las medidas que el informe recoge sobre las medidas tomadas para la explotación, "asegurar o reducir a niveles mínimos los riesgos", ratifican los ingenieros. Les pregunta por la reducción de la altura de la llave, lo que facilita la migración del grisú a minados anteriores y reduce la emisión en el taller en explotación. 

Les pregunta también sobre la colocación del taller de explotación, que "tiene que estar colocado en la capa";  y respecto a la bóveda, "se sitúa detrás del taller, se va creando mientras se avanza hasta que colapsa". Sobre cuándo se entiende que el taller está hundido, explican que "lo importante es comprobar que el hundimiento ha calado al minado anterior. Otra cosa diferente es el control de la bóveda, si en un momento determinado tiene que hundise, si no se hace sí se crea un problema mecánico de estabilidad de las pilas". 

Las pilas son estemples verticales que sujetan el techo, si fallan el techo se viene encima en la zona donde se está trabajando. También señalan que es normal que se forme bóveda sobre el avance del taller, pero no sobre el taller, porque eso sí es un peligro. Para evitarlo se agudiza el ángulo del disparo, entre otras medidas. Y dejar de sutirar. Lo que comprobaron los técnicos. "Algunos días se avanza sin sutirar, según figura en la hoja de pilas". Lo que es "la práctica correcta, y lo que está recogido en la DIS". 

La defensa les pregunta si avanzar diez calles era un riesgo, y señalan que el riesgo es "fundamentalmente mecánico". Señalan que el colapso de la bóveda es una caída violenta que tiende a ir hacia el taller porque no tiene otro sitio a donde salir, unos efectos mecánicos que los técnicos no detectaron en su visita posterior al accidente. "De hecho la entibación estaba perfecta. Lo que es un síntoma importante de lo que pudo ocurrir en el accidente". 

 En cuanto a la ventilación, todo cumplía lo establecido en las ITC y el plan de labores y las DIS. En 1998 Aitemin hizo un informe sobre la ventilación de la Vasco que los técnicos no recuerdan. "Era una ventilación adecuada y cuidada, aunque había pasado mucho tiempo" desde la aprobación. Y señalan que un culatón del tamaño del que había "forma parte de la ventilación primaria". 

No han medido los culatones, apuntaron las medidas que les dio la empresa. Y debaten sobre la aportación de más ventilación, que según los técnicos podría ser incluso contraproducente. 

Los expertos señalan que los ventiladores funcionaron al menos durante minuto y medio desde el desprendimiento de gas, pero aún así "era imposible diluir ese volumen de gas". Hablamos de "un volumen brutal de gas", fuerte, permanente y con mucha presión. Además muy rápida y anómala, "totalmente diferente para lo que venía experimentando la gente en el taller". 

Los técnicos señalan que 19.000 metros cúbicos de gas "es imposible que estén en una bóveda". Afirman que "no se trata de una bóveda, sino que salió con presión, como un globo, durante al menos dos horas. No tiene volumen ni fuerza para salir así". Además de que tenía que haber producido daños mecánicos, pero "lo que vimos en la explotación fueron pilas recebadas. Y no hubiera generado daños en la explotación, porque cayó más allá, donde ya estaba explotado. Probablemente la bóveda se rompió más atrás". 

El letrado de la defensa pregunta también por los ruidos que se oyeron en el Pozo Emilio. "En vez de un boom oyeron un bum bum bum. Un desprendimiento instantáneo, si fuera solo un golpe podía ser una caída de bóveda". Explican que en un DI el carbón se pulveriza y sale a gran distancia, pero en un derrabe gaseado caen trozos de carbón. 

Los expertos destacan que un fenómeno gasodinámico es imprevisible en su naturaleza, pero por eso se medían todas las variables. Y los técnicos explican que se tomaron todas las medidas necesarias en un macizo de tercera categoría para evitar el accidente. "Sinceramente, no se nos ocurre qué más se podía haber hecho". 

También indican que el postaller es inaccesible, en todo caso hubiera sido una labor "muy peligrosa de reconstrucción de lo caído". Es "imposible ver qué había allí, todo relleno de carbón y roca". Tanto el fenómeno como las consecuencias eran "totalmente imprevisibles con ese volumen de gas". 

Respecto a los autorrescatadores, señalan que se activa por un proceso químico y no necesita un ambiente limpio. "Es muy incómodo, porque genera aire caliente, pero no necesita nada exterior". Los técnicos por último señalan que no se detectó ningún incumplimiento de las normas de seguridad en la actuación de la Vasco, y "así lo constatan las auditorías". 

Otro letrado de la defensa pregunta por el Laboratorio Madariaga, y los expertos señalan que es la institución oficial sobre este sector y que facilitó una auditoría inmediatamente posterior al accidente sobre el cumplimiento de la normativa en el Pozo Emilio y el taller donde se produjo el accidente. 

Indican que la formación de los trabajadores de la Vasco en seguridad era "superior a la del conjunto de la minería española". 

Insisten en que no se les ocurre qué más podía haber hecho la empresa, y que creen que la empresa tomó todas las medidas necesarias para asegurar los trabajos. 

 

14.23

Comienza la declaración Celestino Nicieza, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad de Oviedo. Es doctor ingeniero de Minas y catedrático de Explotación de Minas. Realizó un anexo al informe pericial realizado por Pedro Riesgo, perito judicial, que se lo solicitó porque tiene "mucha experiencia en estos temas". Es una reproducción del taller siniestrado tridimensional para hacer una simulación. 

Nicieza señala que llevaba muchos años trabajando en el cielo abierto de la Vasco, y tenían muchos datos porque además habían hecho "unos ensayos muy interesantes" para ver hasta dónde resistía el material. Utilizó el informe de Minas de la Junta y los estudios de cómo era la capa en ese taller, "y cómo se retorcía". Simuló cómo iba la galería y qué pasaba cuando se montó el taller y qué pasó mientras avanzaba hasta la pila once. Estudiaron cómo se iba a comportar el terreno.

Había un macizo de carbón sin explotar entre el macizo 7º y el 9º. Introducen el estado tensional previo de la zona, tanto techo como muro sobre el carbón, y con eso la galería "se cerraba un poco". El taller se hizo en simulación como si se abriera de repete, "que es como más sufriría, que no es la realidad, en la que se hizo poco a poco y eso permitía al terreno reajustarse". Así vieron cómo se comportaba "la famosa bóveda". Y cómo se reacomodaba el terreno. 

Indica que "alguna rotura hay", pero la simulación realizada en condiciones desfavorables demuestra "que la bóveda no se caía". 

Lo ha realizado con modelos elastoplástico de vigencia internacional estandarizado. Los datos de comportamiento de los materiales los tenían por los experimentos realizados, y los datos geográficos se los entregó el Servicio de Minas. La modelación bidimensional recreó un taller "muy largo", en el que la bóveda no se caía. 

Querían saber cómo había sufrido la galería y cómo se comportaba el taller. "Con aquellas dimensiones es un túnel carretero. Porque además no estábamos debajo de la 6ª, sino en virgen". Sus conclusiones son que la bóveda no cayó. "Es muy probable que no se haya hundido, pero hay un 10% de margen". 

En una segunda modelización concluyen que si hubiera caída de carbón no hubiera sido brusca. El catedrático estuvo en el taller con el perito judicial y vio "que los estemples estaban perfectos y la malla no estaba movida. Si hubiera caído la bóveda seguro que hubiera movido los estemples".

El fiscal pregunta al perito la razón de la petición por parte del perito judicial. "Había una duda sobre el comportamiento del terreno, y soy experto. Por eso hicimos la simulación". Responde el catedrático que "el metano ha salido por algún sitio, pero no sabemos por dónde".

Comienzan las preguntas de las acusaciones. Nicieza no suscribió el informe ni suscribió las conclusiones del perito Pedro Riesgo, dice que no lo conoce. Y que imagina que en este aspecto "habrá cogido mis conclusiones". De hecho señala la posibilidad de un fenómeno gasodinámico, no un colapso de la bóveda. 

Para esa modelización el experto no tuvo cuenta otros datos ni declaraciones que los datos de Minas y sus experiencias que tenían del material del cielo abierto. E insiste en que se hizo una simulación en el peor de los casos posible. Y con el final conectado a minados superiores, pero el resto estaba en virgen. 

A preguntas de una de las letradas de la acusación señalan que no calcularon cuánto se había sutirado. Pero cuanto más se sutiraba más tensión aguantaba el frente. 

Le señalan que Riesgo y la Junta dicen que no se sabía exactamente dónde estaba el taller, y no contemplaban el error topográfico. El catedrático sólo tuvo los planos proporcionados por la Junta. 

También responde que la modelización realizada no concluye que la zona era muy grisuosa.

La magistrada pregunta por el macizo de contención entre el 7º y el 9º, y su influencia en las presiones. "Lo calculamos como si todo fuera carbón, que sería mayor presión porque está sin explotar". 

Finaliza su declaración. 

13.07

El resto de las defensas no hace más preguntas. La magistrada pregunta si el fenómeno gasodinámico y el desprendimiento instantáneo (DI) es lo mismo, y el catedrático señala que básicamente es lo mismo, el 90 ó 95% son DI. Le pregunta también por la diferencia entre el DI y la caída de la bóveda. Y si el DI puede ir acompañado no sólo de la salida de gas sino de movimientos que generen la rotura del techo. Toraño explica que sí puede ocurrir, pero en su visita al Pozo Emilio "con la lámpara no llegué a verlo". 

Explica también que los macizos de protección a veces pueden incrementar las tensiones sobre el terreno. Que en el caso de la Vasco se dejó entre la 9ª y la 7ª por el estrechamiento de la capa.

La jueza explica si se podían tomar medidas para que cayera la bóveda, o mejor ventilación, que hubiera evitado la muerte de los trabajadores. Toraño señala que se hicieron pruebas en el Flanco Sur, pero "no se puede evitar la concentración de gases en el frente, que baje el oxígeno y cause la muerte. Además hicimos la prueba y el ventilador necesario sería tan grande que no dejaría espacio de trabajar. Aunque desde el punto de vista científico sí podría crearse una ventilación que saque el gas, pero no las caídas de oxígeno que afectan a los trabajadores". 

Finaliza la declaración. 

11.32

Comienzan las preguntas de las acusaciones. Señalan que da la sensación de que se le encarga el informe "para que dé una dirección determinada". Y que su escuela tenía un convenio con la Vasco. "No", responde. Ya manifestó que se pagaba a los becarios. 

Le preguntan por qué en el informe no toma declaración a los trabajadores y no sigue la investigación de la hipótesis de la caída de la bóveda. "Ya he contestado, me baso no en lo que me diga nadie, sino en los datos constatables". A cómo se puede constatar si había bóveda, señala que ya ha explicado el informe y se ratifica en él, y que no va a contestar más. A lo que la jueza le recuerda al testigo que tiene obligación de contestar.

Toraño señala que en su visita al taller vio "una bóveda normal de hundimiento, lo que se veía con la lámpara". La acusación insiste en que en su informe se centra en el DI, pero omite la parte de la investigación para descartar que la causa del accidente fuera la caída de la bóveda. 

El catedrático sí recuerda que en el macizo 9ª se paró un taller, pero no recuerda si estaba más o menos a la altura del macizo 7º Este. "Fue para desgasificar". No comprobó que la velocidad de desorción del lugar donde se ubicó el taller era alta (del 4), y había un estrechamiento de la capa, no le dieron esos datos. "Esas capas de carbón de la Vasco son propensas al DI, se pueden tratar parando y desgasificando, pero no siempre se puede paralizar eso". 

La acusación pregunta si la forma de explotación influyó en que aumentara la presión que ya se había detectado en el taller. Pregunta el letrado si coincide con la opinión de varios técnicos de que los DI sólo ocurren en los avances de galería y acceso a la capa, no en la explotación del taller. Algo en lo que Toraño no está de acuerdo. 

Le pregunta también si sabía que había un error topográfico y se estaba explotando en virgen, algo que la empresa presentó a Minas en 2014, después del accidente y de realizado su informe. No tiene conocimiento de este extremo.

A preguntas de la jueza sobre si no analizó qué había provocado el DI o el colapso de la bóveda insiste en que realizó cálculos matemáticos, y que el DI tenía más probabilidades. Pero no analizó qué incumplimientos podían haberse dado para que se produjera el accidente. 

Otra letrada de la acusación le recuerda que su informe dice que revisó entre la documentación el libro de relevos pero no lo estudió. Insiste en que en los únicos datos que se ha basado es la lectura de los metanómetros, oxímetro y la velocidad de salida en las mangueras de ventilación. 

Señala que nunca había tenido contacto con la Vasco hasta que iniciaron los estudios sobre el gas que señaló al principio. Y que no participó en la redacción del proyecto de explotación de la mina. 

El letrado de la acusación cuestiona la relación de amistad que Toraño mantiene con Solís, y responde que "como con todos mis exalumnos, algunos especialmente brillantes como él". La defensa protesta por la insistencia en preguntar qué tipo de contrato mantenía el catedrático con la Vasco para desarrollar las investigaciones con becarios. 

La acusación sigue cuestionando si el catedrático entró a visitar el taller cuando Minas ya había prohibido la entrada, y si fue la empresa la que le dio los datos con los que realizó el informe. 

10.20

Comienza la vista oral, con retraso por problemas técnicos. Declara por videoconferencia Javier Toraño Álvarez, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad de Oviedo.

Interroga la defensa de los ingenieros de la Vasco. Toraño empezó trabajando de ayudante minero para estudiar facultativo de Minas, luego ingeniería y fue ingeniero y director en las empresas mineras "más importantes del país durante 20 años". Después pasó a la Universidad, donde lleva otros 20 años de catedrático. Se ha dedicado a la docencia e investigación, con varios proyectos y más de 200 publicaciones. Es catedrático de Explotación de Minas, y ha trabajado "toda la vida" con los desprendimientos instantáneos de grisú.

No recuerda su declaración ante el Juzgado de Instrucción de León, pero "sí me acuerdo del informe". Una primera parte está relacionado con unos trabajados de investigación "muy importantes" que se hicieron en la Vasco en 2008 y 2009. Se determinaron los índices de las posibles causas de desprendimientos instantáneos. Entre ellos se estudió el contenido metano de la capa de carbón, "muy importante para el desprendimiento"; y se hicieron "muchos muchos sondeos". Otro índice es la velocidad de desorción, la capacidad que tiene el carbón de escupir el gas; y que da por encima de dos y por eso en la Vasco se desgasificaba, con sondeos y agua. 

Otro índice es si existen trastornos geológicos dentro del carbón, como el que ocurre entre las capas 9ª y 7ª del macizo. También se hicieron sondeos para ver qué cantidad de detritus de carbón salía por metro explotado, ese carbón menudo era señal de que estaba comprimido y por tanto era propenso a desprendimientos instantáneos. Otro índice es la cantidad de metano en las voladuras; y uno más el relacionado con la disgregación del carbón por el gas. 

Además en aquellos estudios se determinó la llave de carbón (distancia entre galerías) que se podía sutirar con el carbón bastante desgasificado, y la distancia entre explotaciones porque si una pasaba por debajo de otra podían darse depresiones que podían causar accidentes. 

Todo ello dio trabajo a tres trabajos fin de master y dos tesis doctorales en la Universidad de Oviedo, y también tuvo reconocimiento internacional en tres publicaciones especializadas del "top de las revistas científicas". 

El estudio realizado tras el accidente se basa en si fue un desprendimiento instantáneo o caída de bóveda "no basado en testimonios, sino en causas cualificables". Y concluye que el accidente fue una DI tan grande que superó en cien veces el grisú que salía a la cantidad de aire que entraba. Realizó cálculos con un modelo matemático y dinámica de fluidos computacionales con los metanómetros y oxímetros, que se registraban. Y sobre cuánto tardó el grisú en paralizar los distintos metanómetros.

El catedrático señala que se pusieron en marcha medidas para desgasificar y prevenir, "en ninguna empresa del país, y he trabajado en muchas, se tomaron medidas como estas ni se tuvo tanto interés en comprobar cómo se comportaba el carbón que explotaban". Bajó al taller tras el accidente, pero "no me hacía falta. Se puede opinar, pero los datos lo que muestran son estas conclusiones. Basadas sólo en los datos objetivos". 

Si se hubiese producido un colapso de bóveda hubiera sido "un gas residual, del carbón caído". En un desprendimiento instantáneo habría más cantidad de gas y mayor onda de presión´, que se mantendría más tiempo. "Eso es lo que yo he visto y la lectura de los índices". Defiende que estas técnicas que ha utilizado han sido validadas por expertos internacionales, y lo otro es "bla, bla, bla". 

La probabilidad de que sea una caída de la bóveda son del 30%; "no soy tan cerrado como para negarlo"; pero la probabilidad del DI es mucho más grande, alrededor del 90%. También porque salió en el macizo 9º. 

Toraño dice que el fenómeno gasodinámico es de expulsión de gas y carbón que no es lo que se produjo. "Lo que se produjo fue una expulsión de gas, y fue un poco lejos, con lo cual la proyección de carbón no llegó a la zona del taller". Sí vio en las mampostas del taller partículas del carbón incrustadas porque habían sido expulsadas con mucha fuerza.

Coincide también que cuando se produce un DI se oyen "como una serie de disparos y de tiros", y eso es lo que oyeron los mineros. "Pero yo me he basado en el informe en pruebas tangibles". 

Señala que entre los macizos 7 y 9 hay una esterilidad que el experto cree que es donde se produjo el DI, por eso "si hubo una proyección de carbón o de roca no llegó al taller; pero sí el gas, que arrastró al gas que estaba en la bóveda". 

"Estoy seguro de que no se podía haber puesto ninguna técnica de prevención más de las que puso la Vasco en aquella época. Desgasificaciones, distancia entre macizos, entrada a las capas,... No se podía haber hecho más". Toraño señala que "por desgracia" es un fenómeno muy estudiado en todo el mundo, y "los avances en los últimos años han sido muy pocos en DI. Las únicas medidas preventivas que existen le aseguro que son las que se ponían en marcha en la Hullera Vasco Leonesa". 

A preguntas de otro abogado de la defensa Toraño señala que los trabajos de investigación con el Vicerrectorado de la Universidad de Oviedo, que financió la empresa minera leonesa. Y también tuvieron becarios en los últimos años del master en Ingeniería de Minas, que el catedrático supervisaba semanalmente. "Todo fue abonado por la Vasco". 

Otro letrado le recuerda que en el informe alude a una investigación de desgasificación en la Vasco en 1998. "Se trataba de buscar qué se podía hacer frente a estos fenómenos". Y menciona a "un alumno mío destacado, que hizo la tesis conmigo, que es Eliseo Álvarez Soís (el facultativo del Pozo Emilio que está entre los acusados en este proceso)".

El catedrático insiste en que lo ocurrido fue "incontrolable en su magnitud y consecuencias". 

Considera que sería muy difícil saber qué ha pasado analizando el postaller.

El fiscal pregunta cómo realizó los estudios para la Vasco en 2009. No fue contratado por la Vasco, tiene exclusividad con la Universidad de Oviedo. El trabajo se hizo con unos contratos de investigación que incluían el dinero que cobraban los becarios y sus gastos. "Yo no cobraba nada". 

Toraño explica que entró a la mina con personal de la empresa, entre ellos Solís, y no sabe si Minas había prohibido entrar en el taller. Al día siguiente del accidente le llamó la Vasco para hacer un informe y ver qué había pasado, "antes de peritajes, juicios ni nada". El fiscal pregunta cómo comprobó los metanómetros y las gráficas, y si esos datos se habían enviado a Minas. "No lo sé, pero son datos importantes y los sacó la Brigada de Salvamento". También comprobó in situ la manguera de ventilación. 

El fiscal pregunta si ha tenido en cuenta que se estaba explotando en zona virgen. "Yo eso no lo estudié, eso no es tema de mi informe". A si existen medios técnicos para prevenir un accidente como el que ocurrió, el catedrático señala que "en ese caso no habría ningún tipo de accidente en ninguna actividad industrial, pero por desgracia existen. Sí hay medios técnicos, pero los accidentes seguirán ocurriendo". E insiste en que "la forma era tomando las medidas que se estaban tomando: desgasificar, desgasificar, desgasificar". 

 

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