Diario de León

El autor del crimen del dominicano no disparó a propósito

«Estábamos forcejeando y de repente sonó un tiro, no sé qué ocurrió», dice en el juicio

El asesino confeso, a su llegada a la Audiencia Provincial. MAZ

El asesino confeso, a su llegada a la Audiencia Provincial. MAZ

León

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El autor confeso del crimen del dominicano aseguró ayer en la Audiencia Provincial que no tenía intención de matar a la víctima y rechazó que hubiese disparado el arma, ajena a su propiedad. Según su versión, había sido adquirida por el fallecido, pese a que dos de los otros tres acusados declararon que habían visto cómo el principal sospechoso la portaba entre sus ropas.

La primera jornada de la vista oral que se sigue por el sistema del Jurado Popular contra cuatro individuos, acusados de acabar con la vida de otro sudamericano en febrero de 2020 por un ajuste de cuentas, deparó dos bloques de posicionamiento entre los sospechosos, para quienes la fiscal propone catorce años de cárcel por homicidio y uno y medio por tenencia ilícita de armas.

La versión de la Fiscalía refiere que se había producido un robo en la vivienda del principal implicado. Fueron según él dos personas encapuchadas quienes asaltaron su caja fuerte.

Como quiera que reconoció la voz de uno de ellos, citó a los otros tres acusados para ir a buscar a quien él pensaba que había sido el autor del robo, Dawry Vilorio Almonte, un joven de 25 años al que mató de un disparo tras llevarlo a un paraje de Villavente. «Hay que finiquitarlo», aseguraron dos de los acusados que había dicho el cabecilla.

«No había ningún plan, no tenía intención de matarlo», dijo Erasmo, el investigado principal. Pero no supo explicar por qué lo llevó a un lugar tan apartado, qué motivó que no avisara al 112 si se había tratado de un accidente, por qué se deshizo del arma del crimen y para que volvió al lugar de la tragedia a llevarse la cartera de Dawry.

«NO AGUANTÉ EN EL FUNERAL»

«Fui al funeral y no aguanté más de cinco minutos», reconoció ayer en sala. La madre de la víctima explicó a este periódico que el acusado llegó a firmar incluso en el libro de condolencias. «Me sentía muy mal y tuve que irme», dijo ayer en el juicio.

Los seis varones y las tres mujeres que integran el Tribunal del jurado deberán determinar si los procesados son declarados culpables o no culpables. El segundo en pasar por el estrado, Hoover, se hizo entender a duras penas. Era el conductor del coche que usaron para desplazarse a Villavente pero desconocía la finalidad del desplazamiento.

CONTRADICCIONES

Preguntado por la disposición en el coche, señaló que él conducía, Erasmo era el copiloto y atrás viajaban Jonatan y Amaurys con Dawry en el medio. De forma inconsciente, Amaurys negó con la cabeza al escuchar al otro sospechoso.

Tanto Amaurys como Jonatan se desmarcaron de la versión del acusado principal en su turno de interrogatorio. «Nos dijo que si se nos ocurría decir lo más mínimo, lo iban a pagar nuestras familias. Teníamos miedo y por eso no lo denunciamos. Llegó a apuntarnos a nosotros también con la pistola», aseguraron.

La segunda jornada depara hoy el testimonio de amigos, familiares y posiblemente peritos. Hasta catorce personas llegaron a estar imputadas por los hechos en su momento.

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