Los ayuntamientos de la Vía de la Plata se hartan de los gobiernos y anuncian bronca
La iniciativa se basa en una fórmula de protesta popular, simultánea en varios puntos de la ruta el último sábado de octubre
Tramo del ferrocarril de la ruta de Plata, abandonado en la provincia leonesa. RAMIRO
La inacción de los diputados del oeste peninsular, que coinciden con el espacio territorial desguarnecido por la vía muerta de la ruta de la plata, empuja a los ayuntamientos a dar el paso adelante para defender la reapertura. Se cuece el 28-0, la primera concentración popular y simultánea en varias ciudades que pedirá en la calle la reapertura de la línea de tren entre León y Extremadura, entre Astorga y Plasencia, a la vez que se agiliza la gestión administrativa en este propósito, con fluidez en los trámites y sin acuerdos simulados de cuello vuelto que terminarán por retrasar los primeros avances por más de un cuarto de siglo, hasta más allá de 2050.
El 28-0, el último sábado del mes de octubre se proyecta una movilización coral, en la que será relevante la participación de Salamanca, Plasencia y Béjar, además de Astorga, como puntos claves en esta espina dorsal territorial del costado oeste de España que no quiere morir en medio del olvido gubernamental. La línea ferroviaria Astorga-Plasencia fue cerrada por el gobierno del PSOE en 185 y desde entonces el territorio que cohesionaba no ha dejado de retroceder posición parámetros sociales y económicos, hasta el punto de perder pie en algunos elementos decisivos para valorar el desarrollo y el futuro.
La iniciativa reciente de llevar a un estudio de viabilidad la certeza de la recuperación y la reapertura de la vía dilata el procedimiento más allá del tiempo de espera que requiere la urgente actuación que pretende Corredor Oeste para devolver vida a este ferrocarril; además, la traba esencial está en que la Unión Europea no mantenga en red básica esta estructura, con lo que el horizonte inmediato del 2030 para emprender la ejecución de obras que hicieran posible el retorno del tren a la periferia del poniente español se convertiría en una quimera.
Los diputados
La inacción del grupo de los «20 del Oeste» abre el paso a la iniciativa desde los municipios
El último apoyo logrado con motivo de las elecciones generales y locales del pasado verano y la pasada primavera se ha desvanecido ; también, la presión común que se le demanda a los representante s electos de los territorios que abarca la ruta de la plata, los 20 del oeste a los que se les supone más peso cuantitativo y cualitativo para apoyar la línea ferroviaria que al grupo de Puigdemont en el Congreso para definir el Gobierno de coalición. El perfil bajo del grupo de los 20 del oeste abre la opción al liderazgo de la fuerza municipal, de los ayuntamientos afectados por el cierre de la vía que, por tanto, serían los principales beneficiados de la reapertura.
En eso es basa la medida de fuerza popular que se negocia para el 28 de octubre, con movilizaciones desplegadas a lo largo de las localidades de cabecera de la traza, en un formato inédito que persigue diversificar la presión en el territorio, y aún posición de frente a la vez que se extiende y comparte en diversas ciudades. Plasencia, Salamanca y Béjar, en el tramo sur de este ramal que se trata de devolver a la vida luego de cuarenta años, casi cuarenta años, en cierre de servicio y liquidación de estructuras.
La suma de Astorga a esta convocatoria de pulso territorial ante las reticencias del Gobierno ratificaría de forma presencial la reivindicación histórica que León persigue desde 1985, desde que se sacaron los trenes de la vía de la ruta de la Plata.
Astorga, además del protagonismo de cabecera de tramo, que comparte con La Bañeza, en busca de ese impulso al desarrollo de estructuras de transportes que abundará en las oportunidades para el desarrollo local en el eje central de León, se destacó en el momento definitivo que supuso el grito de auxilio de las administraciones municipales ante el peligro inminente de la eliminación de la vía de la red ferroviaria de interés general.
Salvado aquel asalto definitivo, hace dos años, que iba a significar la muerte irreparable del ferrocarril, se han encadenado tres pasos alentadores para recuperar la circulación: la implicación de las instituciones europeas, la inclusión de la reapertura en los programas y promesas electorales y el nacimiento de una plataforma civil que defiende el objetivo. Corredor Oeste no se da por vencido, y ante la próxima decisión para agilizar la gestión con la vía, apoya el papel activo de los Ayuntamientos.