Caja Rural supera los 33.000 clientes en León y su negocio crece un 11,3%

Un crecimiento del negocio financiero basado en el modelo de «tranquilidad, solvencia y financiación, a través de la cercanía al cliente y apostando por la digitalización, pero sin perder la propuesta del contacto físico». Es el modelo de Caja Rural, que apuesta en León por la expansión de oficinas, también en el medio rural, frente a la tendencia generalizada del sector financiero a la concentración y la desaparición de sucursales y servicios. Una filosofía que ha llevado a la entidad financiera con sede en Zamora a consolidarse en León en los 25 años que han transcurrido desde que abrió sus primeras oficinas en Valencia de Don Juan y La Bañeza.

Así lo destacó ayer el director general de Caja Rural, Cipriano García, durante la presentación de los resultados de la entidad en el ejercicio de 2019. «Que no sólo han superado nuestras expectativas sino que están por encima de la media del sector en solvencia, eficiencia y financiación». García defendió el modelo de banca de la caja como «imprescindible en una oferta financiera plural».

Caja Rural obtuvo en 2019 un beneficio de 25,1 millones de euros, un incremento del 25,2%. «Las sólidas bases de la estrategia de negocio han permitido también un fuerte alza del margen de intereses», incidió el director general.

Clientela

La caja cuenta actualmente con 50.000 socios y un total de 237 cooperativas asociadas. En la provincia de León el año pasado sumaron más de 2000 clientes, lo que supone alcanzar los 33.000 en la provincia.

El negocio total de Caja Rural cerró el año pasado con un volumen de 3.690 millones de euros, lo que supone un crecimiento anual del 9,8%. En la provincia de León el volumen de negocio es de 659 millones, y el incremento es superior a la media de la entidad, alcanza el 11,3% en el último año.

Por lo que se refiere a la concesión de nueva financiación a empresas y particulares, el año pasado Caja Rural concedió 645 millones de euros, de ellos 178 millones en León. El director general destacó que en los últimos cinco años han aportado a la economía provincial una inyección de 702 millones de euros.

Los recursos gestionados crecieron en conjunto el año pasado un 7,7%, y lo hicieron con más fuerza en León, hasta el 11,1%. «Destacan con fuerza los recursos fuera de balance, que se elevan hasta el 18,8%», señaló el director general.

Que hizo hincapié en la evolución de la tasa de morosidad, uno de los indicadores «críticos» para las entidades financieras. A 31 de diciembre pasado se sitúa en el 3%, frente al 5,2% del año pasado, «una cifra significativamente inferior a la registrada por el conjunto del sistema financiero». Y que presenta un dato todavía mejor en la provincia de León: una morosidad del 2,8%. También la ratio de solvencia se sitúa en el 16,8%, «muy por encima del nivel mínimo exigido». En cuanto a la ratio de eficiencia, la entidad registra un 44,1%, «uno de los mejores del sistema financiero español»; mientras que el margen de explotación es más de un 50% superior al promedio de las entidades financieras en su conjunto.

El director general de Caja Rural destacó que la inversión de los recursos captados es del 78%, destinados en buena parte al desarrollo económico y social de la zona donde se ubican.

Las bases de la estrategia de Caja Rural el año pasado se centraron en el saneamiento de activos y el aumento de recursos propios.