Casi 150 soldados vinculados a la inteligencia militar desde 2015
En octubre de 2015 nació el Grosa. Previamente, cuando comenzó a gestarse, León tuvo que competir ya con Valencia, donde tiene su sede el Regimiento de Inteligencia, del que depende orgánicamente la unidad de RPAS. Sus condiciones meteorológicas o la escasa saturación del espacio aéreo lograron que la balanza se decantara finalmente por León. Su ubicación, en la base del Ejército de Tierra Conde de Gazola, aunque, por las exigencias del Searcher, el dron con el que opera, se llegó a un acuerdo con el Ejército del Aire para poder utilizar uno de los hangares del Aeródromo Militar de León y la pista para aterrizar y despegar. Por este motivo, se construyó un acceso específico y asfaltado para que el RPAS pudiese llegar desde el hangar a la pista.
El asfaltado de la pequeña pista de acceso construyó a lo largo de 2017 y, de hecho, el primer vuelo del RPAS del Grosa en la pista del aeropuerto de León fue en enero de 2018. Los cerca de 150 integrantes del Grosa realizaron las primeras campañas de vuelo las desde el Aeródromo de Pajares de los Oteros —que se denominó oficialmente como una base transitoria de operaciones hasta el traslado definitivo a La Virgen del Camino—, donde operaron dos años, desde 2015 hasta finales de 2017. Fue en Pajares donde el RPAS realizó su vuelo número 100 en territorio español.
Sólo en tierra
Los soldados continuarán con entrenamientos y formación aunque sin realizar campañas de vuelo
Ahora, «cuestiones operativas» del Ejército de Tierra primero y, en segundo lugar, el hecho de quedarse sin un hangar una pista para las operaciones de aterrizaje y despegue ponen en jaque la continuidad de esta unidad en León.
La unidad de RPAS está compuesta por cerca de 150 militares, aunque desde que se anunció su posible traslado a Agoncillo ha comenzado a registrar bajas porque sus integrantes han solicitado el traslado a otras unidades.
Entrenamiento
Pese a todo y al carecer de pista para realizar las campañas de vuelo, el batallón del Grosa continuará con otras operaciones de formación y entrenamiento, como los simuladores para que los pilotos continúen trabajando con el sistema.
El Grosa es la primera unidad del Ejército español en el que los drones están al servicio de la inteligencia militar. Entre la capacidades del Searcher, su cámara que puede realizar misiones tanto de día como de noche, siendo su alcance de 22 kilómetros durante las horas de luz y de 14 en las operaciones nocturnas. Así, la principal misión de estos equipos es la obtención de información mediante imágenes en tiempo real para dar apoyo a las tropas que operan en tierra.