Un consejo en «llamas»

«¿Y, qué hay de lo mío?». Con esta ironía algún consejero de Caja España quiso resumir ante sus compañeros lo que acababa de suceder en el consejo de la entidad del pasado jueves, que se inició en -˜llamas-™ y acabó incendiado. Y es que, la reunión del jueves más bien parecía la del punto y final, aquella en la que había que hacer lo posible para que nadie quedara descolocado. Lo que en un principio iba a ser un último consejo de trámite, a modo de despedida de Caja España en solitario para dar paso al nuevo órgano de la entidad resultante de la fusión Caja España y Caja Duero, se convirtió en uno de los consejos más trascendentes -"por las decisiones que se tomaron-" de los últimos años en la entidad.

Y es que, además de aprobarse por nueve votos a favor -"el del presidente Santos Llamas incluido-" y ocho en contra la propuesta para que la presidencia de la caja fusionada recaiga en la persona de Santos Llamas; de garantizar una jubilación de 1,3 millones al todavía director general de Caja España, José Ignacio Lagartos -"con cinco votos en contra-"; y de consolidar todas las variables de su adjunto en la Dirección General, Javier Ajenjo -"que recibió siete votos en contra-", en la reunión también se trató de garantizar el futuro de la sociedad participada Inmocaja y el de su director general, Cecilio Vallejo.

Tres en uno. El jueves pasado se celebraron en la sede de Botines de Caja España tres consejos seguidos: el de Caja España y el de las sociedades participadas Inmocaja e Invergestión, algo que, según ha podido saber Diario de León a través de diversas fuentes, es una práctica habitual. Pues bien, fue cuando ya se estaba hablando de Inmocaja, en el turno de ruegos y preguntas, donde Santos Llamas tomó la palabra para introducir una carta enviada por Cecilio Vallejo en la que el director general de Inmocaja solicitaba «la necesidad de defender y garantizar el futuro y el trabajo que se está realizando en Inmocaja», incluido el de su Dirección General. Cabe recordar que, según consta en el acuerdo de fusión firmado por Caja España y Caja Duero y ya remitido y aprobado por el Banco de España, las sociedades participadas como Inmocaja pasan a depender directamente de Salamanca y, por tanto, deberá ser en Caja Duero -"una vez se certifique definitivamente la fusión-" donde se decida qué hacer con esas sociedades y con los directivos como Vallejo que en ellas trabajan. Bajo la premisa de sociedad participada estarían, además de Inmocaja, Viproelco, la sociedad de Tasación Tinsa e Invergestión

Finalmente, no se llevó a cabo esta consolidación, porque desde las filas de los representantes populares se esgrimió precisamente este acuerdo de fusión, para dejar claro que eso iba «en contra» del mismo y vulneraba lo firmado en su día y ya aprobado por la entidad que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Además se exigió que el secretario general del Consejo de Caja España dejara claro si «era competencia de este consejo el decidir sobre el futuro de estas entidades y de sus directivos», algo que el secretario general dijo desconocer, pero que, según estas mismas fuentes, Ajenjo si certificó negando esa competencia, por lo que el asunto quedó descartado y no pasó siquiera a debatirse y, mucho menos, a votarse. En este punto, nadie desde el Partido Socialista dijo nada en contra.

Cabe recordar, que ya el propio Cecilio Vallejo pidió hace apenas unas semanas a la presidenta del PP, Isabel Carrasco, que lo designara como candidato popular a la Alcaldía de León o bien lo ayudara a consolidar, en el consejo de la entidad, su puesto en Inmocaja.

…ste no fue el único acuerdo que se echó para atrás en el consejo del jueves pasado. Además, no se aprobaron varias operaciones crediticias, entre las que estaban una solicitada por la Junta para el Hospital de Burgos y otra a favor de Agelco. La razón para frenarlas fue la misma: «Este consejo debería ser de trámite y no se pueden aprobar operaciones que comprometan a la nueva entidad». El PP se opuso a todo y esgrimió este argumento para justificar su voto en contra, incluso cuando se vio el crédito para el Hospital de Burgos. Lo que sí se aprobó, por ejemplo, fue la concesión de la tarjeta Vía-T para el secretario del consejo y representante de UGT, Miguel Ángel Álvarez, por ser un «mero trámite».