Educación impone a la Universidad titulaciones ligadas a la economía local

La Consejería de Educación ya ha empezado a trabajar con todas las universidades de Castilla y León en el modelo educativo que sentará el nuevo mapa de titulaciones. El objetivo, se advierte de partida desde la Junta, es vincular los estudios universitarios con el tejido productivo local, una fórmula que se empezó a aplicar con la Formación Profesional y que fulminó estudios alejados del mercado normativo por considerarlos poco rentables socialmente.

El anzuelo ya está echado. La nueva ordenación de estudios universitarios ha arrancado con una serie de reuniones en las que la Universidad de León —más las otras tres públicas y cinco privadas de Castilla y León— deberá analizar la demanda real de estudios y su distribución geográfica, los medios personales y materiales necesarios para garantizar la calidad de las enseñanzas que se quiera implantar en la provincia «y las posibilidades de inserción en el entorno», subrayan desde Educación.

De reproducirse el patrón impuesto a la FP, la Junta obligará la Universidad a diseñar una oferta «adaptada a las necesidades de los sectores productivos» locales, un mapa de titulaciones «eficiente y competitivo que eleve la fortaleza del sistema universitario de la Comunidad», expresa un comunicado de la consejera Rocío Lucas. Según ella, «está demostrado» que determinar previamente los títulos que se van a implantar en los próximos tres cursos académicos permite la planificación estratégica de las universidades y refuerza la calidad de los estudios.

Si los trabajos discurren en los tiempos previstos y no hay oposición, durante el próximo mes de abril se podrán firmar los nuevos acuerdos. En esos documentos se establecerá el listado de grados y másteres que cada universidad podrá implantar durante los próximos tres años.

En la primera reunión celebrada para dibujar este nuevo marco se puso de manifiesto la conveniencia de abordar un nuevo mapa de titulaciones con el consenso y el apoyo de las universidades, requisito indispensable para alcanzar el éxito. Es la herramienta que busca Educación para reforzar las fortalezas del sistema universitario y contribuir a consolidar «una marca propia» de comunidad diferenciada, comprometida con su entorno socioeconómico y con la excelencia, en opinión de Lucas.

También se impusieron algunos de los criterios que deberían inspirar la puesta en marcha de nuevas titulaciones. En este sentido, desde la Consejería se proponen trabajar en el refuerzo de aquellas áreas de conocimiento más potentes y aprovechar los esfuerzos económicos y materiales que ya han sido destinados para mantener los grados o crecer de manera sostenida.

Pero el reto principal será en estos próximos tres años acercar la universidad a la realidad del entorno, no solo al tejido productivo y empresarial, con las implicaciones que esto supone en el ámbito de la empleabilidad y también a ámbitos como el mundo rural. Para ello, los campus universitarios, radicados en diferentes puntos del territorio, jugarán un papel fundamental a la hora de afrontar el reto demográfico, «ofreciendo oportunidades cualificadas de vida y trabajo y conectando la universidad con su entorno más cercano».

En julio de 2016, la Consejería de Educación firmó dos acuerdos, uno con las cuatro universidades públicas y otro con las cinco privadas, para organizar la implantación de nuevas enseñanzas que ahora debe renovarse.