Diario de León

EDUCACIÓN

El hartazgo por el deterioro de institutos y colegios de León amotina a las familias

Felampa prepara un informe con todas las deficiencias de los centros para «sacar las vergüenzas» al Ayuntamiento

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Un aula del colegio de Puente Castro. DL

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León

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El grueso de los colegios de la capital leonesa se construyeron en la década de los 80, en un momento en el que la natalidad arrojaba buenos datos en la provincia de León. Ahora, cuatro décadas después, estos grandes edificios que se levantaron fundamentalmente en los barrios de la capital leonesa, arrastran los años a través de desconchones, mal estado de los sistemas de calefacción, grietas, problemas con la electricidad, y, sobre todo, como han puesto de manifiesto de las lluvias de este otoño, con goteras.

El San Claudio, el Puente Castro y ahora el colegio Quevedo han puesto sobre la mesa el deterioro de los centros educativos de la red pública en la capital leonesa, sin embargo, la presidenta de la Felampa, la federación que aglutina a las asociaciones de madres y padres de los centros educativos leoneses, Diana González Pellitero, explica que estos tres centros educativos tan sólo son un ejemplo porque «la situación es lamentable, todos los colegios e institutos se encuentran en una pésima situación, al que no se le caen las cornisas tiene desconchones y el que no tiene mal las escaleras».

Situación generalizada

«Todos los centros están en una pésima situación, al que no se le caen las cornisas tiene humedades»

Esta dantesca situación que viven los alumnos leoneses, ha llevado a las familias al límite y ya apuestan por jugar, ellas también, la baza electoral, pero a la inversa. Diana González Pellitero explica que el primer paso que darán a través de la Felampa será realizar un inventario. Cada ampa deberá remitir a la federación qué deficiencias hay en su colegio o instituto, «deberán especificar qué actuaciones creen que se deben llevar a cabo, qué está mal», para así «sacar las vergüenzas a las administraciones» y, a mayores, aprovechar la convocatoria de las elecciones. Un informe completo que revelará el estado en el que se encuentran los centros y la situación en la que los niños reciben sus clases todos los días.

Sin solución

«Hemos acudido a reuniones con el Ayuntamiento, hemos hecho escritos y da igual»

«No queremos que nos engañen más y confiamos en que, como este año hay elecciones, nos harán más caso», lamenta la presidenta de la Felampa, quien también recuerda que mañana mismo los padres del Colegio Quevedo están llamados a una concentración ante las puertas de su centro para llamar la atención del Ayuntamiento de León y poner de relieve que los alumnos de clases han tenido que abandonar sus aulas por las goteras y las consecuencias de las filtraciones de agua en uno de los pasillos del centro.

Mano a mano

Las actuaciones en los edificios educativos están marcadas por las competencias que tienen los ayuntamientos y la Consejería de Educación. Lo que en principio está marcado por un claro reparto en el que los ayuntamientos se hacen cargo del mantenimiento y la Consejería de Educación de las tareas de reforma, mejora y sustitución, parece no tener esa frontera bien delimitada y «siempre se van pasando la pelota de unos a otros». Sólo en la provincia de León hay 124 colegios públicos y 36 institutos y las familias han llegado al límite y están hartas de este tira y afloja que sólo perjudica a los alumnos de los colegios. «Lo ideal sería que se pusieran de acuerdo y trabajasen mano a mano», señala Diana González Pellitero.

«Hemos acudido a reuniones con el Ayuntamiento, hemos hecho escritos y da igual, los centros educativos siguen como siguen», incide la presidenta de la Felampa quien anuncia también una campaña en redes sociales para que se haga visible la «lamentable» situación de los colegios y «a las administraciones se les cae la cara de la vergüenza». En el caso del Colegio Quevedo, los técnicos del Ayuntamiento de León han acudido en varias ocasiones a ver qué ocurría y, como explica el director del centro, Miguel Pernía, «miran, pero no dan con la solución» y para remarcar que la alternativa ha sido cambiar la ubicación de los alumnos porque la situación generada por las goteras no ofrecía unas buenas condiciones para impartir las clases.

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