Las obras ya dan forma a las dos calles que abrirá la nueva urbanización de Feve

Un año después de que se pararan por la aparición de unos restos arqueológicos que, descartada en Navidad su importancia, descansan ya hechos cascotes en un gestor de residuos, las obras de la urbanización de Feve toman forma al fin con la definición de las dos calles que incluirán los 10.000 metros cuadrados de la estación de Feve en el callejero de la ciudad. Es un avance. El único, más allá de las retiradas de escombros y materiales podridos por el abandono, que ha tenido un proyecto que se comprometió en febrero de 2017, se bloqueó durante casi cinco años por parte de los responsables del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), se adjudicó en la primavera de 2022 y, apenas un mes más tarde de que comenzaran los trabajos, volvió a meterse en el callejón de las trabas administrativas de nunca acabar.

Ahora, con julio de nuevo encima, el calendario se actualiza. Aunque al trantrán, la obra deja huellas ya para marcar, por medio de la ejecución del colector de fecales, del trazado sobre el que se levantarán las dos nuevas calles de comunicación del sector: una paralela a Renueva, que enlazará Padre Isla con Ramón y Cajal justo en el hueco que dejó la antigua casa de los guardas, y otro como prolongación de Bilbao para dar comunicación a Álvaro López Núñez encastrada en el espacio que queda entre Espacio Vías y los andenes ferroviarios. El proyecto, que tenía que haber estado entregado como tarde el mayo pasado, se emplaza para finales de diciembre o enero a más tardar.

Aunque el pronóstico pierde fiabilidad con el historial de incumplimientos del Adif, siempre listo para encontrar un problema donde había una solución. El organismo estatal, dependiente del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, todavía no ha firmado el modificado del proyecto que entretiene el último retraso. No hay novedad de la firma que entorpecía la reanudación de los trabajos desde que, en diciembre, la comisión territorial de Patrimonio levantó la paralización decretada para valorar si los restos hallados bajo la antigua casa de los guardas tenían valor suficiente como para conservarse o al menos documentarse.

Pero, al menos de palabra, la UTE responsable, formada por Tecsa y Dragados, ha encontrado garantía suficiente para continuar con el encargo, adjudicado en 2.809.796,44 euros. La factura se encarecerá con las nuevas unidades de obra que no estaban contempladas en el encargo inicial, que obviaba servicios afectados y hasta un muro que había que demoler, además de que no atinaba con el gasto en el que ha derivado la intervención arqueológica. Salvo nuevos desencuentros, la obra debe de adquirir velocidad en las próximas semanas para salvar durante el verano y otoño las fases más laboriosas, como las redes de servicios. Más de seis años después , es todo lo que hay.