Diario de León

El curso escolar más incierto

Profesores, padres y alumnos inician la cuenta atrás de la ‘vuelta al cole’ con temor a la falta de seguridad

Quedan tres semanas para que abran 220 colegios e institutos y no hay instrucciones para garantizar la continuidad

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León

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«El inicio del curso es alarmante porque los protocolos no están preparados para empezar con seguridad de forma presencial». El inquietante mensaje que lanza el profesorado a través del presidente de la Junta de Personal Docente, Javier Fernández, es compartido por padres y madres y alumnos. La ONU ha pedido la reapertura de las escuelas en cuanto sea posible en todo el mundo para evitar una catástrofe y ayer mismo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró que las competencias para desarrollar la llegada a las aulas dependen de cada autonomía, por lo que la pelota queda ahora en manos de la Junta.

Ante la inminencia del inicio del curso en 220 centros leoneses —el día 9 empiezan Infantil y Primaria, y el 14 el resto— hacen falta instrucciones precisas, garantías para la salud y pautas claras sobre cómo actuar cuando vayan surgiendo positivos.

Estas condiciones, que implican la reducción del número de alumnos por clase y el seguimiento sanitario riguroso de los centros, van a exigir un aumento de recursos y de personal. Y ahí se plantea uno de los grandes interrogantes: «Las ratios no son seguras, y son una insensatez; trabajar con 25 alumnos es como hacerlo habitualmente, además que los profesores no están preparados, porque no han recibido información con toda esta falta de liderazgo», sostiene Fernández. Hacen falta, además, 1.660 profesores de refuerzo sólo en León que nunca van a llegar en caso de que haya que volver a la educación online . Y lo de las aulas burbuja como grupos estables de convivencia requerirían uno o dos docentes, por lo que todo el sistema educativo se iría a la porra». Las direcciones de los centros tampoco se ven preparadas para abordar el inicio del curso con protocolos muy frágiles, que se limitan a medidas higiénicas y de distancia social, algo que precisamente «no se puede cumplir en León, sobre todo en la concertada».

Sería el momento, por ejemplo, de implantar la enfermera o coordinador escolar. «Debe estar en los centros para coordinar la promoción de la salud, la coordinación de las medidas frente a la covid y para ayudar al profesorado y al alumnado; porque está recayendo sobre el profesorado y somos profesionales en lo educativo pero no en lo sanitario», propone Sonia García, secretaria de Comunicación de Anpe.

Ante el riesgo de un nuevo confinamiento piden legislar ya la enseñanza por internet. Hay tres posibles escenarios: el presencial total si la pandemia está más o menos controlada; el mixto, combinando presencial con grupos de convivencia de unos 25 alumnos y enseñanza en línea, y el totalmente telemático, si es imposible la incorporación a las aulas.

«Ninguno de los tres panoramas está definido, les han dado la responsabilidad a cada centro para que se organicen como puedan y los colegios no están preparados porque no ha habido tiempo», explica el representante de los padres de la concertada, quien lamenta que «se están dando palos de ciego, sin saber cómo empezamos».

Los padres y madres de la enseñanza pública, agrupados en la Ceapa, defienden la importancia de la presencialidad para garantizar la equidad e igualdad de oportunidades del alumnado, ya que si algo ha quedado claro en el curso pasado es que la enseñanza a distancia dificulta el derecho a la educación, a causa de la brecha digital y social.

«Las clases presenciales son insustituibles, pero hay que poner todas las garantías para que sea de manera segura, que no va a haber ningún riesgo de contagio», opina su presidenta, Leticia Cardenal. Los padres y madres de la concertada (Concapa) están dispuestos a sugerir que no se incorporen los alumnos a las aulas hasta que no se garantice esa seguridad y los centros estén preparados para recibir a los escolares.

Para los estudiantes «es imposible empezar el curso y mantener la distancia de seguridad y otras medidas si no se baja el ratio de alumnos o se contrata a más profesores», asegura Marina Mata, del Sindicato de Estudiantes. «Hemos vivido un cierre de curso que ha sido un completo caos, ha sido imposible de seguir para muchos, sobre todo para los que viven en familias vulnerables que no han tenido ni ordenador ni internet», añade, y reclama un plan para revertir los recortes de la educación pública, «que ya se encontraba en situación de emergencia antes de la pandemia».

Entre las propuestas que no han sido escuchadas —hasta hoy nadie se ha puesto en contacto con ellos pero sí han escuchado exabruptos como el de Igea en relación a las vacaciones— está la de implantar medidas claras, como las que se han adoptado en otros ámbitos: «Tomar la fiebre a la entrada del centro escolar o desinfección de los zapatos; van a pasar muchas horas allí y hay que garantizar que nadie de la comunidad educativa corra ningún riesgo dentro de los colegios, alumnos, profesores, administrativos, trabajadores del comedor o repartidores». Porque si se da un solo positivo, todo el aula se irá a casa de cuarentena.

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